Multitudinario paro en Cali y el Valle
El presidente en dos ocasiones, ambas de improviso, una de ellas a media noche; ha visitado la ciudad sin lograr apaciguar los ánimos y por el contrario, exacerbarlos porque no ofreció ninguna solución a las exigencias ciudadanas, por el contrario, llamó a que se ejerciera más represión. Tampoco el Comité Nacional de Paro ha encontrado eco en las reuniones con el Gobierno Nacional, pues este hace oídos sordos al pliego de emergencia. Sin embargo, Con contundencia, se sigue desarrollando el paro en los 42 municipios del departamento del Valle, adquiriendo nuevas modalidades y expresiones a través de actividades culturales, académicas, artísticas, lúdicas y ollas comunitarias que le impregnan alegría, sabiduría, entusiasmo y una nueva dinámica a la movilización social.
Por Jairo Gálvez Rojas
El Paro Nacional lleva ya tres semanas. Cali y el Valle del Cauca se convirtieron en uno de los pilares y epicentros de la protesta ciudadana, lo cual puede obedecer, entre otras razones, a que esta es una región receptora de multiplicidad de problemas que aquejan históricamente al suroccidente y a la región del Pacífico colombiano. Ello explica el masivo apoyo que ha recibido de sus habitantes que mediante nutridas marchas, concentraciones y numerosos bloqueos en zonas importantes de la ciudad como Portada al Mar, Loma de La Cruz, Puerto Resistencia, Universidad del Valle, Hospital Universitario, Menga, Sameco, Paso del Comercio, Puente de los Mil Días, El Ancla, Calipso, Meléndez, Puerto Madera, Siloé y Juanchito, así como en las principales carreteras del departamento que interconectan las distintas ciudades y municipios del Valle del Cauca, incluyendo la vía al principal puerto de Colombia, Buenaventura.
En Cali el pueblo en la Loma de la Dignidad.
El paro ha tenido respaldo, además de los sindicatos, de gran cantidad de organizaciones sociales y ciudadanas, y los jóvenes han sido los protagonistas que, desafiando al gobierno y en medio del covid 19, decididamente se pusieron al frente de la protesta y con valentía, la han mantenido viva todo el tiempo. Es importante resaltar el acompañamiento y solidaridad de la Minga Indígena que se desplazó desde el Cauca hasta Cali aunque fueron violentados y discriminados por civiles armados de oscura procedencia.
La arremetida represiva del gobierno ha sido brutal: 45 muertos –de los cuales 37 han sido en Cali– 500 heridos, una cifra cercana al millar da cuenta de los desaparecidos en Colombia de los cuales 133 son de Cali y también un gran número de jóvenes detenidos y mujeres víctimas de violencia sexual en el desarrollo del paro, hechos que horrorizan al mundo. A pesar de la brutalidad de la policía y del Esmad, el paro no cede y gana más respaldo poniendo los ojos de la comunidad internacional sobre el país y exigiendo que se respete el legítimo y legal derecho a la protesta y el respeto a los derechos humanos.
El gobierno para descalificar, desvirtuar y desviar la justeza del paro ha sido permisivo con actos ejecutados por personas que no corresponden a los manifestantes, e incluso el gobierno mismo ha sido participe de estos hechos a través de la Fuerza Pública, generando daños graves en instalaciones públicas y privadas, saqueos al comercio, incendios de estaciones y buses del transporte masivo, así como comportamientos inescrupulosos como el cobro de peajes interurbanos y requisas indebidas a vehículos. Ante el desabastecimiento de alimentos, insumos médicos y combustible, se han abierto corredores humanitarios que han permitido su ingreso y aliviado la crisis.
El presidente en dos ocasiones, ambas de improviso –una de ellas a media noche– ha visitado la ciudad sin lograr apaciguar los ánimos, exacerbarlos por el contrario, porque no ofreció ninguna solución a las exigencias ciudadanas, y en cambio llamó a que se ejerciera más represión. Tampoco las peticiones del Comité Nacional de Paro han encontrado eco en las reuniones con el Gobierno Nacional, pues este pone oídos sordos al pliego de emergencia cuyos puntos básicos son: Renta básica, matricula cero en las universidades públicas, retiro del proyecto de reforma a la salud 010, subsidio a las nóminas de las mipymes, derogatoria del Decreto 1174 sobre reforma laboral, no a las privatizaciones y una política inclusiva con los sectores sociales y de género, pliego que fue reiterado pues ya había sido presentado un año atrás.
Las reuniones de las autoridades locales con los líderes de las concentraciones han dado muy poco resultado positivo. Se hace necesario que el Gobierno desmilitarice las ciudades, cese la represión, atienda al Comité Nacional de Paro y resuelva el pliego de emergencia, incorporando soluciones a las demandas de los jóvenes, para darle una salida al paro, que sin duda alguna, ha sido la movilización popular colombiana más importante en lo que va del siglo.
Con igual contundencia se sigue desarrollando el paro en los 42 municipios del departamento, adquiriendo nuevas modalidades y expresiones a través de actividades culturales, académicas, artísticas, lúdicas y ollas comunitarias que le impregnan alegría, sabiduría, entusiasmo y una nueva dinámica a la movilización social.
Cali, 16 de mayo de 2021
La alegría, la música y la fiesta en la lucha una característica del pueblo caleño.