EEUU vs China, rivalidad que subyace como eje en las negociaciones del conflicto Rusia-Ucrania: ¿a que aspiran Trump y Putin?

putin trump
Edición #101
Febrero 2025

Será una paz en la que Trump no tiene otra intención que alejar a Rusia de China en su plan de recuperar su economía, que pretende hacer a toda marcha, no al estilo chino que duró 41 años para lograr un milagro económico, sino rápido, trepidante y al estilo del imperio, o sea a los porrazos, utilizando la pistola si fuere necesario, como lo ha mostrado la historia.

Por Jorge Iván Zapata Sierra

Gestor e investigador cultural.

El anuncio que hiciera Donald Trump de  acabar la guerra de Ucrania en 24 horas ha pasado, ahora en presidencia, a un terreno más realista al proponer una posible agenda de negociación a tres meses, pero conservando el espíritu de tratar de resolver el conflicto Rusia-Ucrania lo más rápidamente posible. Él sabe que tiene sólo cuatro años para implementar un plan para recuperar la hegemonía norteamericana en declive y por eso tiene que acelerar el paso con medidas contundentes en todos los campos de su administración.  

Ucrania ha sido sometida a una guerra atizada por Estados Unidos para favorecer sus intereses en el continente europeo y destruir a Rusia como nación, que ha considerado como su amenaza histórica y obstáculo frente a las ambiciones de ser potencia hegemónica del mundo. La estrategia comenzó tendiendo un cerco en sus fronteras con la afiliación de los países limítrofes de Rusia a la OTAN, a lo largo de varios años, violando el compromiso de Occidente de que ese organismo no avanzaría hacia el Este. Cuando la obstinación americana llegó al extremo de intentar vincular Ucrania al organismo, el rechazo de Rusia fue contundente porque tal paso significaba una amenaza a su existencia misma como nación. Las  insistentes advertencias de Putin a no darlo fueron desoídas por Washington. Por el contrario, recurrieron al golpe  de  Estado de Maidan a fin de  imponer en Ucrania un gobierno proclive a Washington, con el apoyo de fuerzas pro nazis; se implementaron unas 28.000 sanciones comerciales para ahogar económicamente a Rusia y se cometieron sofisticados actos terroristas contra los oleoductos Nord Stream con el fin  de cortar el suministro de gas ruso a Alemania y obligar a Europa a comprar el gas americano. Un negocio  con el cual Estados Unidos ha logrado grandes ganancias,  que se suman a  las obtenidas con la industria de las armas, pues bien es sabido que los conflictos militares  son los grandes pulmones de las crisis económicas.

Estados Unidos hizo malos cálculos al creer que podía someter a Rusia. Después del Euromaidan, en 2014, todo cambió para Ucrania al quedar en entredicho su integridad territorial y soberanía debido a la secesión de Crimea y a que las luchas separatistas de los pueblos del Este para adherirse a Rusia no pudieron ser frenadas por los bombardeos del ejército ucraniano. El conflicto se agudizó y ante la negativa de un acuerdo propuesto por Putin, el conflicto  termina en una guerra declarada en febrero de 2022, con la cual Rusia ha logrado  el control militar  de las regiones del Este de Ucrania, a pesar del apoyo económico y bélico recibido de Occidente. Ha conseguido detener a Kiev, frenar los planes de afiliar Ucrania a la OTAN y dejar a Zelenski enfrentando una situación desesperada donde la superioridad numérica de Rusia le ha permitido avanzar lentamente hacia territorio ucraniano. Trump, termina reconociendo una realidad, que Rusia no ha  sido doblegada como se pretendió durante los gobiernos americanos anteriores y ante el fracaso, ha marcado como uno de sus objetivos principales en política exterior terminar con el conflicto, afirmando  que "Es momento de parar esta guerra ridícula, en la que ha habido muerte y destrucción masiva de forma totalmente innecesaria".

El escenario de la negociación tiene a dos actores principales, Putin y Trump, quienes fijarán  los términos de un acuerdo, incluso por encima de los países europeos y de la  molestia de Zelenski, de no ser protagonista. Dimitri Peskov, vocero del Kremlin afirmó que Ucrania “por supuesto hará parte de las negociaciones de una manera u otra”, pero   “habrá dos canales de conversación, uno Rusia-Estados Unidos y otro en el que estará involucrado Ucrania.” es decir, un papel tangencial para ciertos temas específicos.

Ambas partes van a poner sus puntos sobre la mesa, en los que tanto Estados Unidos como Rusia buscarán sus beneficios. Trump entrará reconociendo las aspiraciones de Putin, o sea aceptar que Ucrania no se una a la OTAN y a cambio, Rusia aceptaría la adhesión de Ucrania a la Unión Europea fortaleciendo lazos económicos y políticos  con el continente. Sin embargo, sería un plan para el año 2030, lo que demuestra la poca importancia que Estados Unidos le da a la Unión Europea desde que nació, que no es  más que una paz americana impuesta para detener a la Unión Soviética.

No hay posibilidad realista de volver a las fronteras de Ucrania anteriores a 2014, cuando Rusia no había anexionado a Crimea ni precipitado la independencia de Donbass. En el acuerdo, Ucrania renunciaría a los intentos diplomáticos y militares para recuperar territorios perdidos con Rusia, con lo cual  quedaría mermada su capacidad de maniobra en política exterior y sus planes en el mar Negro. Tendrá, así mismo, que retirar las tropas ucranianas de Kursk, territorio limítrofe ruso actualmente ocupado por tropas de Zelenski. Trump propone la reducción del ejército ucraniano y a cambio se compromete a darle apoyo militar, modernizarlo, pero a condición de que Ucrania brinde a Estados Unidos acceso a los minerales de tierras raras, como el litio, o sea recursos mineros estratégicos esenciales para la electrónica, el sector de la energía y la industria de defensa,

Los intereses de Trump en estas negociaciones apuntan a un aspecto crucial: recuperar dinero para fortalecer a Estados Unidos en su objetivo de  atajar el avance de China, un competidor económico casi igual a los Estados Unidos, que lo destrona del control unipolar  como nación hegemónica que tuvo después del derrumbe la Unión Soviética. Se ha configurado un mundo multipolar en el cual están jugando relevantes  acercamientos mundiales de Rusia y China con importantes  países  y continentes enteros, dando pasos importantes,  como es la constitución del bloque BRICS con Brasil, Rusia, China, India, Sudáfrica, Egipto, Emiratos Árabes y otros once países.  A Estados Unidos le afecta esta pérdida de influencia y por ello. lo que Trump pretende es  hacer un replanteamiento de la situación actual, que todo vuelva a como estaba antes del conflicto y nuevamente se utilice el dólar en las transacciones internacionales para fortalecerlo. Trump ve la necesidad de rescatar a los países que abandonaron el dólar, que vuelvan a usarlo tras el fin de esta guerra. Por ello entrará en la negociación del conflicto acercando Rusia,  aceptando que hubo el error por parte de los Estados Unidos al haberla echado de la esfera del dólar en el año 2014, una nación  poderosa con una inmensa economía. En el plan está que las sanciones contra Rusia se levantarían inmediatamente después del acuerdo de paz y en unos tres años se volverían a exportar recursos energéticos desde Rusia, lo que beneficiaría a Alemania, pero con la salvedad de que, primero, este levantamiento se daría sobre la base de que Rusia reconocerá un tributo especial de esos ingresos para restaurar a Ucrania, y segundo, sus transacciones serán en  dólares americanos. Con la negociación, Estados Unidos pretende también que los recursos de Rusia vayan igualmente  a sus arcas. En el caso de grandes empresas, como los oleoductos de Nod Stream, se puede formalizar la compra de acciones por parte de compañías americanas para entrar como socios de Rusia en la venta de gas ruso a Europa y  de esta manera recibirían jugosos beneficios,

La unión Europea está siendo excluida de la mesa de negociaciones. Trump le ha dicho al mundo  que “Biden fracasó en su política  por meternos en esta guerra, en la que se gastó una fortuna  y lo que necesitamos es recuperar ese dinero.” El presidente estadounidense no quiere gastar un peso más en esta guerra, tiene otros desafíos y concluye que, en adelante, la seguridad de Europa es un problema de ellos y por tanto son los llamados a solucionarla, exigiéndoles que paguen porque Europa debió haberse hecho cargo del conflicto, asunto que no han podido. Estados Unidos tendrá otras prioridades, como lo expresó el secretario de Defensa de los Estados Unidos Pete Hegseth ante los lideres europeos en Bruselas “ Queremos expresar y aquí de manera directa, sin ambigüedades, las duras realidades estratégicas  que impiden que Estados Unidos se centre en la seguridad de Europa. La prioridad de Estadas Unidos es impedir una guerra con China en el Pacífico. Dado que Estados Unidos pone la atención en esas otras  amenazas, Europa  debe asumir su liderazgo en el Continente.”  Una declaración crucial que cambia el mapa geopolítico del Planeta, porque Estados Unidos abandona a sus amigos tradicionales y pone a Europa  en una encrucijada.  Los países europeos tendrían que aumentar sus presupuestos de defensa de un 3 a un 5% para fortalecer un ejército embrionario, en medio de dificultades económicas y una falta de liderazgo que ha resquebrajado su unidad continental por cuanto cada líder anda por su lado;  con  el auge, además,  de una extrema derecha anti europea a la cual el vicepresidente de los Estados Unidos, James D. Vance, ha dado todo su apoyo.

Además de los 500.000 millones de dólares que Estados Unidos pretende recuperar con el negocio de los minerales de tierras raras en Ucrania, Europa va a ser su mercado cautivo, los va  a obligar a que les compre armas, energía y todo lo demás y como un señor feudal les va exigir el tributo por esta guerra perdida. El señor Trump ha afirmado sin titubeos  que. “La unión europea nos trata muy mal, es muy mala con nosotros no compran nuestros coches, no compran nuestros productos agrícolas, así que van a tener que pagar aranceles” “Europa debe ser un mercado también de nuestros automóviles”, lo que afectará  a Alemania y en el caso de España será un segmento que puede ser borrado del mercado. Les va a ofrecer garantías a las empresas europeas de invertir en Estadios Unidos a través del OPI HOSTIL quitándoles los impuestos y arandelas que padecen en Europa, para que puedan hacer sus negocios sin mayores obstáculos.

Si en Europa va a jugar con sus grandes compañías,  en el caso de los países en desarrollo lo hará con sus recursos naturales y será una política que asumirá con una actitud más despreciable, porque si en Europa la depredación va a caer sobre grandes empresas, en el caso latinoamericano y demás países en desarrollo será con las materias primas, o sea un escalón menor.

Finalmente, el acuerdo se sellaría con la tregua  en toda la línea del frente desde el 20 de abril de 2025. Mayo de 2025 será la  fecha de poner fin a la guerra, para después convocar en agosto a elecciones presidenciales, -que no comparte Zelenski- y en octubre celebración de elecciones parlamentarias. Un conflicto que llegaría a su fin, con Ucrania despojada del 20 por ciento de su territorio, el éxodo masivo de sus habitantes, mermando de 44 a 35 millones de su población, la muerte 400.000 ucranianos, una economía maltrecha y un presidente como Volodomyr Zelenski que no tendrá otra opción que el retiro de la vida política tras su triste papel de haber servido de idiota útil a los Estados Unidos. Por su parte, la Unión Europea desaparece como un gran actor internacional, sale fragmentada, depreciada, cada vez más sometida a los Estados Unidos y  a merced de que Zelenski interceda por ellos para que los tengan en cuenta en las negociaciones. Será una paz en la que Trump no tiene otra intención que alejar a Rusia de China en su plan  de  recuperar su economía, que pretende hacer a toda marcha, no al estilo chino que duró 41 años para lograr un milagro económico,  sino rápido, trepidante y  al estilo del imperio, o sea a los porrazos, utilizando la pistola si fuere necesario, como lo ha mostrado la historia. No  se sabe todavía si esto le va a funcionar a los Estados Unidos, que todo  termine en una alianza imperial de Rusia y Estados  Unidos, o lo que quieran Rusia y China sea ganar tiempo en la confrontación con esa potencia. Con Europa desplazada, Rusia fortalecida política y territorialmente y Estados Unidos en modo “negociador”, Ucrania parece ver sellado su futuro marcado por una paz que le costará territorio, soberanía, seguridad y hasta la certeza de su existencia como país independiente en un futuro. 

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