Un recorrido por las doctrinas económicas en los tiempos del covid-19 (parte II)

En la edición anterior de La Bagatela se presentó la primera parte de este ensayo en la cual el autor analizó algunos aspectos de la teoría económica capitalista en relación con el papel del Estado. Estableció que el neoliberalismo es la corriente del pensamiento económico burgués que plantea la reducción del Estado y, por ende, de la intervención económica. Los editores.

Por Diego Escobar
Economista y matemático

Lee la primera parte aquí. (clic)

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Las consecuencias concretas del período de la Apertura fueron la destrucción de una industria nacional incipiente, un aumento considerable de importaciones agropecuarias y una tendencia marcada a convertir el país en exportador de materias primas. 

Es la feria de las ventas: el sistema de telecomunicaciones en cabeza de Telecom se le pasa en 2003 a Telefónica. Dado que la telefonía rural no presenta buenos rendimientos, pues simplemente se ahoga dicho sector. Se entrega la telefonía celular a empresas privadas: Celumóvil, Comcel (1994). Movistar llega en 2004 comprando a Celumóvil. Posteriormente, Comcel se convierte en Claro y llegan las otras empresas, Tigo, Avantel, etc. Todas en manos privadas. 

En el sector agropecuario se eliminan el INCORA, el Inat, el DRI; se crea el INCODER que posteriormente, en 2016, también se liquida. Las UMATAS (Unidades Municipales de Asistencia Técnica) se acaban y se reemplazan con las CPGA (Centros Provinciales de Gestión Agroempresarial) que también se acaban y se pasa a las EPSAGROS que también se liquidan y se vuelve a las UMATAS. Es decir, del timbo al tambo. En el sector salud por medio de la ley 100 de 1993 se crea la cuña entre las cotizaciones y las IPS, pero todas de carácter privado o cooperativo. Que se presenten despilfarros y robos como fue el caso de Saludcoop no es de extrañarse. 

En infraestructura se pone de moda las APP – Alianzas Público Privadas – tipo Ruta del Sol donde se concesionan las obras a consorcios como Odebrecht, pero para simular, se alían con grupos financieros privados como Corficolombiana (Grupo Aval). En el aseo y basuras se venden las empresas estatales y se les entrega a firmas privadas. El suministro de energía también se entrega al sector privado (léase, por ejemplo, Enel (Codensa) o Electricaribe). 

En el transporte público se dan concesiones al sector privado donde empresarios monopolistas lo manejan (se añoran los trolebuses que, aparte de ser eléctricos, eran de la ciudad: ver http://www.tramz.com/co/bg/b/bs.html) Y podríamos seguir la lista – ICT, BCH, Idema,etc.

Lineas de Trolebuses en Bogotá

¿Mala la red?

El argumento central es que todo lo anterior sucede porque por definición las empresas estatales son ineficientes (no producen rentabilidad?, ese es el criterio?) y focos de corrupción (las privadas tipo Saludcoop o Odebrecht, no?) EPM es la excepción a la regla, pero que le tienen ganas de privatizarla no se oculta.

Cifras oficiales muestran el siguiente panorama:

Cuadro No. 1 – Aporte % al PIB por sectores

En 15 años observados se observa una caída en el sector Manufactureras, Agricultura, Construcción (a partir del 2015) y un aumento del sector Financiero y del Comercio. Pero si nos vamos a la balanza de pagos, los gráficos siguientes muestran unas particularidades que conviene resaltar:

Cuadro No. 2 – Exportaciones Colombia

Si vemos la participación de los sectores que el DANE llama Tradicionales (Café, Carbón, Petróleo y Ferroniquel):

Cuadro No. 3 – Participación en exportaciones productos tradicionales

Se deduce:

· Petróleo y carbón dominan las exportaciones. El café pierde participación.

· En la distribución entre exportaciones tradicionales y no tradicionales el balance pasa de un 50 – 50% a un 65 – 35% en inclusive en 2011- 2014 a un 71 – 29%.

Es decir, se cumplió a cabalidad con los postulados del Consenso de Washington.

Si finalmente se observan las cifras de importaciones se descubren dos hechos:

Cuadro No. 4 – Importaciones Agropecuarias

En primer lugar, entre 2001 y 2019 pasamos de importar 4.2 millones de toneladas a 9.5 y de pagar por ellas 724 millones de $US a 2.598 millones de $US.

Para 2017, según datos de la FAO[1] Hay cierta concentración en los productos importados: maíz(4.9 millones de ton por 917.899.000 $US), soya y torta de soya (1.322.651 y 538.116 ton por un valor de 695.235.000 $US), trigo (1.89 millones de ton por 441.797.000 $US), aceites de palma y soya (195.964 y 353.639 ton por un valor de $US 145.923.000 y $US 301.997.000, respectivamente). Según la fuente consultada hay muchos otros productos perfectamente producibles en el país.

En segundo lugar, a nivel de las manufacturas el siguiente cuadro muestra un Pareto[2] del 90% concentrado en 13 productos de los cuales al menos 3 – textiles, caucho y plásticos y productos alimenticios – no son productos de un nivel tecnológico alto que eventualmente se podrían producir en el país. Eso no quiere decir que los otros productos no puedan ser igualmente producidos internamente.

Cuadro No. 5 – Importación de manufacturas

Qué podemos concluir de los datos y análisis anteriores? Simplemente que se cumplieron como buen alumno los dictámenes impuestos desde afuera.

En la época del Consenso de Washington hubo en América Latina un impulso a crear una nueva escuela de pensamiento conocida como estructuralista y posteriormente como neoestructuralista o también conocida como cepalista (por la oficina de Naciones Unidas en Santiago de Chile – la CEPAL). Sin embargo, en Colombia esas políticas – control de cambios, fortalecimiento del capital nacional, permitir capital extranjero pero con planes de desarrollo nacionales (no había planes de desarrollo – sacrilegio pues suena a planificación), incrementar la demanda interna, desarrollar un sistema estatal de seguridad social, sustitución de importaciones – sonaban demasiado a intervencionismo del Estado. Los cepalistas criollo como José Antonio Ocampo, Luis Bernardo Flórez, Antonio Hernández o Gabriel Misas, para sólo nombrar algunos, pasaron de agache a todo el proceso de apertura de los años 90.

Ahora bien, es el papel del Estado el que está en el epicentro de la discusión y eso precisamente es lo que se quiere hoy enfatizar con la aparición del Coronavirus. Debe el Estado intervenir la economía (Keynes, Economía del bienestar, Socialdemocracia, Marx) o dejar que sea el mercado el que regule (Hajek, Friedman, Neoliberales)? Se incluye en el primer grupo a Marx no por él en forma específica sino por lo que se denomina hoy como ‘Capitalismo de Estado’ sobre el cual se retornará posteriormente.

El Financial Times ,un periódico de tradición liberal que aboga por un liberalismo económico centrado en el libre mercado y el libre comercio, en su editorial del 3 de abril del 2020 plantea:

“Se requieren reformas radicales para forjar una sociedad que funcione para todos. La pandemia de coronavirus ha expuesto la fragilidad de la economía de muchos países” y

“Los gobiernos deben aceptar un rol más activo en la economía. Deben ver los servicios públicos como una inversión y no como un lastre, y buscar modos para que el mercado del trabajo no sea tan inseguro. La redistribución (de la riqueza) debe volver a estar en la agenda; los privilegios de los ricos deben ser cuestionados. Políticas que hasta hace poco eran consideradas excéntricas, como el salario mínimo y los impuestos a la riqueza, deben estar en el programa”.

Y aquí en Colombia qué? Todas las medidas tomadas por el gobierno por medio de los decretos de las dos emergencias económicas muestran varios hechos a resaltar:

· SALUD: Dado el lamentable Estado del servicio de salud pública debido al atraso con que carga éste desde la ley 100 ha sido necesario el apoyo del gobierno al sistema. Apoyo que se les dio a las EPS por medio del sistema financiero y muy poco directamente a las IPS. La mayoría del personal de la salud no cuentan con contratos laborales y no es raro que inclusive con contratos sean estos inclusive por prestación de servicio, no se les paga. El país y su sistema de salud no estaba preparado para recibir el impacto de la pandemia y queda más que demostrado la necesidad de contar con un sistema realmente eficiente y público. Pero hay que recalcar que mientras se siga teniendo un sistema que se rige por el principio de obtener ganancias y no por el de prestar un servicio a la comunidad seguiremos atorados. Es el Estado quien debe asumir el sistema de salud completamente.

· EDUCACIÓN: El sistema de educación pública debido a la cuarentena en colegios forzó a desarrollar métodos virtuales – que no se sabe que tanto afectan la formación – pero donde no existe la infraestructura adecuada que quizás sólo los colegios privados pudieron desarrollar. Cuando hay escuelas, sobre todo en el sector rural(multigrado), donde un profesor atiende varias edades es imposible impartir educación virtual. Inclusive en Bogotá, se lanzó recientemente una ‘donatón’ para recibir computadores donde los niños puedan seguir las clases. Impresiona la imagen de una niña trepada en un árbol con su computador porque sólo allí recibe señal.

· EMPRESAS: Los apoyos a las empresas por medio de cubrir parte de la nómina o financiar la prima muestran de nuevo que el sector privado y el mercado no solucionan el problema y de nuevo es necesario acudir al Estado.

Los créditos blandos que se han establecido, por ejemplo para incentivar la producción como los 1.5 billones a Finagro, ha n mostrado que en el caso de los grandes productores que tenían créditos comerciales, reciben de Finagro el apoyo y lo destinan a pagar sus deudas quedando con unos créditos a tasas de interés mucho más favorables. Es decir, no se invierte en el desarrollo productivo.

Un plan realmente efectivo para el desarrollo de agro colombiano debe tomar en cuenta factores como la tierra, el capital humano y social, la ciencia y tecnología y el financiamiento. Y para ello valerse del desarrollo de la infraestructura, de instituciones sectoriales de información de mercados y del capital natural. Y quien lo puede llevar a cabo sino es el Estado?

La demagogia de la devolución del IVA para los más pobres ‘devuelve’ un valor de cerca de $75.000 pesos bimensuales que representa un 3.8% de un SMMLV que poco compensa un impuesto que se conoce es regresivo. Los días sin IVA pretenden reactivar la economía y reactivan sólo el sector de comercio y para determinadas clases sociales que se precipitan a comprar TV importadas de 55 o más pulgadas.

Una iniciativa de 53 senadores de implementar un Renta Básica financiada por un incremento del impuesto del patrimonio, reasignación los gastos del presupuesto nacional llevando a este plan los recursos de transferencias monetarias existentes, reducir los gastos de funcionamiento que no sean indispensables, destinar los recursos de proyectos aplazables y los cancelados, utilizar los recursos del FOME, utilizar los recursos del impuesto solidario COVID-19, suspender los beneficios tributarios de la última reforma tributaria y solicitar un crédito al Banco de la República garantizado con las reservas internacionales, le pareció al ministro Carrasquilla ‘interesante’ pero no hizo absolutamente nada.

· DESEMPLEO: Y viene el problema del desempleo. Antes de la pandemia rondaba un 10% y se dispara a más de 20%. Sin embargo, y siguiendo a Hajek se permite una caída de los salarios donde ilusamente se considera que al bajarlos se crea más empleo (esta es una de las críticas de Keynes a la ortodoxia). Lo que en la realidad sucede es que se dispara el empleo informal y el rebusque.

La última reforma tributaria disminuye impuestos para las empresas con, de nuevo por Hajek y sus seguidores, aliviarlas para que creen más empleo. Se tiene realmente algún tipo de evidencia que el disminuir impuestos se crea empleo formal? Keynes propone en la Teoría General medidas de política fiscal gravando a los más pudientes, deuda pública (que el gobierno de Duque y el Banco de la República se niega a asumir) y crear empleo por parte del Estado sobre todo en infraestructura. Un régimen absolutamente fascista como el de Hitler en los años 30 cruzó toda Alemania con autopistas que dieron millones de empleos. Y Hitler no había leído a Keynes que publicó la Teoría General en 1936. Que su propósito era apoyar a industrias como la Krupp para producir armamento es otra cuestión.

Roberto Pizarro, economista chileno publicó el 9 de abril de 2020 un artículo[3] donde, para el caso chileno afirma:

“En el corto plazo, la inyección masiva de liquidez en la economía, con ingresos para asalariados e informales, junto a créditos baratos para los pequeños empresarios es la única receta posible. Ya no se puede creer en el funcionamiento automático e infalible de los mercados. La perplejidad de la empresa privada ante la situación de crisis ha colocado al Estado como el agente fundamental para restituir el sistema económico.

Para el mediano plazo la lección del coronavirus es ineludible. Derechos sociales universales en salud, educación, vivienda y pensiones, entregados por el Estado. Y, en el ámbito productivo, transformar la matriz productiva desde las actividades primarias hacia la industria y otros bienes y servicios que incorporen inteligencia y tecnología en los procesos de transformación”.

Este diagnóstico es perfectamente aplicable al caso colombiano donde lo que la pandemia ha mostrado es la necesidad de la intervención del Estado no por que quiera sino porque tiene que intervenir.

Sin embargo, el mundo y experiencias específicas como la de China y los llamados ‘tigres asiáticos’ – Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwan – muestran un desarrollo impresionante y un crecimiento de sus economías acelerado. La pregunta clave es cuales son las características de estos países y que tienen en común para llegar a esos niveles de desarrollo. Sin descartar particularidades como en los casos de Singapur y Hong Kong que son ciudades-Estado (el primero tiene 5.6 millones de habitantes y una superficie de 697 km2 y el segundo (que pertenece hoy a China) cuenta con 7.6 millones de habitantes en un área de 1104 km2 ) todos pasaron por una reforma agraria y en todos el papel del Estado como propietario de grandes industrias y de la totalidad de los servicios públicos fue y es determinante. El caso chino es un poco diferente porque sus sistema se basa en las EPE (Empresas de Propiedad del Estado), una persistente planificación, propiedad colectiva (a nivel local) y empresa privada pero enmarcada dentro de todo el sistema. En conclusión, tienen solucionado el problema de la tierra y una fuerte presencia económica del Estado. (Es China un país capitalista?[4] NO! Entonces es capitalista? TAMPOCO!

Y aquí en Colombia qué? No hemos llevado a cabo la reforma agraria. El acuerdo de paz en su primer punto habla de ello. No tenemos ni quisiera un catastro rural y la ley de tierras y el famoso desarrollo con enfoque territorial está en el tintero de muchos expertos y en los anaqueles del Ministerio de Agricultura. Se habla del potencial y vocación agrícola de nuestro país, pero para ello es necesario combinar la economía familiar agrícola (asociándose) y una agricultura industrial de grandes superficies, con altas inversiones. Y eso no se logra expandiendo la frontera agrícola para desarrollar ganaderías extensivas como sucede todos los días en la Orinoquia.

La conclusión que se saca de lo expuesto se puede condensar en tres consideraciones:

· Se necesita la intervención del Estado en la economía. Sin ella seguiremos sin guía y dando palos de ciego.

· El desarrollo de las fuerzas productivas de Colombia depende de que sea el Estado quien las impulse. Tiene los instrumentos para hacerlo, pero requiere un cambio de política y sobre todo de visión. El Capitalismo de Estado es la forma como los países atrasados pueden abreviar su tránsito hacia la modernidad económica, como lo muestran los ejemplos d Corea del Sur y de China.

· El Keynesianismo, desde la perspectiva marxista, tiene muchos reparos, empezando por su oposición a la planificación económica. Keynes quería salvar el sistema capitalista, no inclinarse, hacia un sistema planificado a pesar de haber expresado, después de su visita a la otrora URSS de los años 30, algunas de sus bondades.

Notas

[1] http://www.fao.org/faostat/es/#data/TP
[2] Para calcular el Pareto, se ordenan los datos de mayor a menor, se acumulan y se establece el % cumulativo.
[3] R. Pizarro: Vuelve Keynes: el coronavirus derrotó al neoliberalismo. En: http://www.other-news.info/noticias/2020/04/vuelve-keynes-el-coronavirus-derroto-al-neoliberalismo/
[4] https://www.asturbulla.org/index.php/temas/opinion/40528-es-china-capitalista haciendo referencia al libro de Rémy Herrera y Zhiming Long en su libro La Chine est-elle capitaliste?

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