Belén de Bajirá: una aproximación histórico-social
Vista aérea de Belén de Bajirá.
Esteban Morales Estrada
Historiador
Belén de Bajirá es una porción del territorio colombiano que se enmarca en lo que han llamado algunos, la otra Colombia. Un lugar lejano y mayoritariamente pobre, que está en los lentes de la prensa de nuestro país por estos días, dada la disputa que hay entre Antioquia y Chocó por el control de dicho lugar. La población aludida tiene unos 2000 Km2 y 16000 habitantes, además, se presume que posee riquezas minerales bastante llamativas, que van desde oro y níquel hasta cobre y petróleo(1).
Los recursos agrícolas-minerales y su ubicación estratégica hacen de este lugar un apetecido territorio para controlar y explotar, sin embargo, el proceso que estamos presenciando hoy en la disputa interdepartamental tiene unas lógicas históricas que van más allá de los análisis coyunturales tan propios del periodismo mal hecho.
Belén de Bajirá está ubicado en Urabá, región que comprende territorios de tres departamentos: Choco, Antioquia y Córdoba. Fue una zona de tardía colonización, donde aparte de algunas poblaciones cuyas fechas de erección se enmarcan en el siglo XIX (Murindó, 1839 y Turbo, 1847) y de intentos de poblamiento en la época de la Conquista como San Sebastián de Buenavista o Santa María la Antigua del Darién, puede decirse que la colonización (no indígena) de la zona se dio en el siglo XX, con la erección de Chigorodó en 1912, Mutatá en 1951, Arboletes en 1951 o Apartadó en 1968, y adicionalmente puede agregarse que dicho poblamiento se dio sobre todo en la segunda mitad de dicho siglo con la consolidación de la llamada carretera al mar, finalizada después de la Segunda Guerra Mundial, y luego de unos tortuosos 28 años de contratiempos, esperas y dificultades diversas. La carretera logró finalmente conectar la zona con el interior y dinamizar el proceso de colonización de la rica y prometedora región, conectando Medellín con Turbo.
Según Fernando Botero, desde el siglo XIX se explotaba sobretodo madera en la zona y se dio una “temprana vinculación de Urabá de manera espontánea a los mercados internacionales a través de materias primas tropicales, señala[ndo] desde entonces, su vocación agroexportadora y su privilegiada posición geográfica”, sumado a una “heterogeneidad cultural que ha caracterizado a esta zona de frontera”(2). En lo anterior salen a flote dos características de la zona a nivel histórico, para tratar de entender las dinámicas actuales. Por una parte, Urabá fue y es un territorio con una diversidad y una heterogeneidad bastante visible; cordobeses, indígenas, antioqueños y chocoanos participaron activamente en la configuración de dicho territorio, además, en segundo lugar, desde muy temprano se consolidó su vocación agroexportadora, manifestada hoy por el banano y la palma africana.
Presencia administrativa del Chocó en la población.
Para 1982 por ejemplo, el “grupo chocoano” representaba en la zona de Mutatá y Bajirá un 24% de la economía campesina(3), mientras que en 1979 el Incora reportaba que las regiones de procedencia de las corrientes migratorias que arribaban a Urabá estaban representadas porcentualmente de la siguiente manera: de Córdoba (48%), de Bolívar (27,5%) y de Antioquia (17,5 %)(4). Las mencionadas corrientes migratorias pueden ser clasificadas en tres oleadas según Botero: la primera causada por la violencia política de mediados del siglo pasado, la segunda por la terminación de la carretera al mar y sus implicaciones en cuanto a la introducción de ganado a la región y la tercera jalonada por el cultivo de banano y de palma. Pero la construcción de un esquema de análisis para abordar esta región y el caso específico de Belén de Bajirá no estaría completa sin otros elementos sumados a los raciales y económicos, por un lado, cada oleada migratoria tuvo sus propias dinámicas y enfrentamientos que sumados a la operación de las Farc y el paramilitarismo en la región muestran la complejidad en la configuración de dicha zona. Disputas entre el Incora y las autoridades departamentales, entre campesinos e inversionistas latifundistas, e intervención de actores violentos y empresas extractivas hacen que las confrontaciones por el uso de la tierra y la adjudicación de la misma hayan sido otra de las constantes en la zona, entendiendo que como decía Antonio García en su ensayo Colombia: esquema de una república señorial, el camino para descongestionar las fricciones por la tierra al interior del país, fue desviar “la presión por la tierra hacia el cinturón periférico de la nación o de las regiones centrales”(5), por lo que la colonización de Urabá no es más que una de muchas llevada a cabo simultáneamente por todo el país (También se dan procesos análogos en el Magdalena Medio, el Carare-Opón, el Catatumbo, Caquetá o Putumayo), por razones de presión demográfica y búsqueda de nuevas tierras, sumado a la inestabilidad social en medio de la violencia liberal-conservadora, que hizo necesaria y urgente la expansión campesina por “los valles cálidos interandinos, las planicies aledañas y finalmente la llanura amazónica”(6), incorporando al país zonas concebidas como “salvajes” o “incultas”.
Pero en el caso de Urabá, a la colonización campesina, siguió una empresarial que despojó y usó el trabajo de los primeros para concentrar la tierra y reproducir el “gran nudo de estrangulamiento de nuestra economía agrícola: la polaridad latifundio/minifundio”(7).
Con la financiación de Antioquia, el centro de salud sigue igual de deteriorado..
La disputa actual entre Chocó y Antioquia debe entenderse entonces en el marco de un desarrollo histórico complejo y multinivel. No es una confrontación reciente, sino que tiene profundas raíces en el tiempo, manifestadas en las luchas por la tierra de hoy, donde familias enteras tratan de recuperar sus tierras, usurpadas por el paramilitarismo en la década de los 90, mientras son vistos como “invasores” por los propietarios de dichos predios. Según Elkin Rocha, director de la Unidad de Restitución de Tierras, regional Urabá, “a la fecha existen unas 190 solicitudes de restitución que comprometen predios en Belén de Bajirá” (8), lo que muestra la permanencia del problema del despojo de la tierra en dicho lugar y adicionalmente el de la desigualdad apabullante que existe en cuanto a la concentración de la misma.
A pesar de que técnicamente y con base en las delimitaciones territoriales, Bajirá pertenece al Chocó según el IGAC, es Antioquia el departamento que más ha invertido en dicho lugar por lo que exige la posesión del mismo. Sin embargo, más allá de lo anterior, lo cierto es que la mayoría de habitantes del lugar viven de manera precaria, y debajo de la aparente defensa de la integridad del territorio, se esconden razones económicas bastante fuertes en cuanto a la posición estratégica, las posibilidades económicas y el control territorial. La disputa legal que se da desde el año 2000 en cuanto al asunto jurisdiccional entre los dos departamentos no debe hacernos olvidar las características de la región como zona de frontera y de heterogeneidad racial, donde se da una pobreza generalizada y una ausencia estatal que hacen que un 83% de personas tengan necesidades básicas insatisfechas (9).
A manera de conclusión, puede cerrarse esta somera descripción con una cita del sociólogo Alfredo Molano que visitó la zona hace poco y que muestra el entramado de la zona que venimos abordando: “la región era poblada por emberás que fueron desplazados por los negros –cimarrones y libertos–, que a su vez fueron desplazados por colonos cordobeses –los famosos chilapos–, que así mismo fueron desplazados por ganaderos –antioqueños–, que también lo fueron por los bananeros –ibídem–. Historia económica elemental”(10).
Notas:
[1]“¿Qué tiene Belén de Bajirá para que lo disputen dos departamentos?” , En Caracol Radio: http://caracol.com.co/emisora/2016/08/23/medellin/1471975971_073897.html.
[2]Fernando Botero Herrera, Urabá. Colonización, violencia y crisis del Estado (Medellín: Centro de Investigaciones Económicas, Universidad de Antioquia, 1990), pág.23.
[3]Fernando Botero Herrera, Urabá. Colonización, violencia y crisis del Estado…, pág. 28.
[4]Myriam Jimeno Santoyo, “Los procesos de colonización. Siglo XX”, En Nueva Historia de Colombia, Tomo III (Bogotá: Planeta, 1989), pág. 387.
[5]Antonio García, Colombia: esquema de una república señorial (Bogotá: Editorial Guadalupe, 1977), pág. 75.
[6]Myriam Jimeno Santoyo, “Los procesos de colonización. Siglo XX”…, pág. 372.
[7]Francisco Posada, Colombia: violencia y subdesarrollo (Bogotá: [sin editorial], [1968]) pág. 68.
[8]“Los líos no resueltos de Belén de Bajirá”, En Verdadabierta.com:
http://www.verdadabierta.com/lucha-por-la-tierra/6679-los-lios-no-resueltos-de-belen-de-bajira
[9]Yenifer Aristizábal, “Belén de Bajirá, más que un territorio en disputa”, En Verdadabierta.com: http://www.verdadabierta.com/lucha-por-la-tierra/6507-belen-de-bajira-mas-que-un-territorio-en-disputa.
[10]
Alfredo Molano, “Belén de Bajirá, en la frontera del federalismo”, En El Espectador: http://www.elespectador.com/noticias/politica/belen-de-bajira-en-la-frontera-del-federalismo-articulo-704412.