¿En las fauces del engaño?
Toda propaganda como instrumento de poder político lleva implícito un papel discursivo e ideológico con el que se busca convencer o ganar adeptos y hacer que las personas se comporten de determinada manera. Como bien lo demostraron Joseph Goebbels y Adolf Hitler en la consolidación de una política fascista y el conflicto bélico mundial derivado de ella, en el cual se operó la matanza de entre 50-60 millones de personas, el poder ejercido por el nazismo fue exitoso porque logró cambiar el comportamiento del público al que llegó, por lo menos durante largo tiempo.