El PTC y LA BAGATELA repudian las amenazas de la senadora Cabal contra Fabio Arias, presidente de la CUT

En una declaración contra el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, compañero Fabio Arias, emitida el pasado 2 de febrero, la senadora del uribista Centro Democrático, se pronunció así: “Yo lo invito a él a que llevemos a la primera línea, a que le quememos la casa, al señor de la CUT, a ver si es que le gusta, vamos a denunciarlo penalmente porque él es un líder sindical que está enviando un mensaje de violencia social” [1]. Una artificiosa pero directa amenaza contra quien preside la central obrera más importante del país. Reveladora de cuerpo entero de quién proviene, acostumbrada a hablar para amenazar e intimidar, en el estilo zafio puesto en boga en distintas latitudes del mundo por la extrema derecha neonazi con la pretensión de volver habitual, “normal”, las ideas y prácticas más descabelladas, oscuras y siniestras. Propio de la portavoz de lo más reaccionario de la vieja Colombia, de los intereses de los enemigos de la paz, adversarios del desarrollo independiente de la nación y del bienestar de sus mayorías. La misma que clamó públicamente por la acción de impedir que el presidente Gustavo Petro termine su período constitucional.

La peligrosa declaración se produjo en respuesta a las declaraciones del dirigente de la CUT hechas el 23 de enero en el curso de una audiencia pública de la Comisión Séptima del Senado sobre el proyecto de reforma laboral. Advirtió allí el líder sindical a la multimillonaria y privilegiada cúpula de la patronal colombiana en el sentido de que, de persistir en su intransigencia y en la absoluta negativa que han mantenido ante toda reforma que beneficie o mejore en algo la condición de los trabajadores, a estos no les quedará opción diferente a la protesta que conduzca a un nuevo estallido social [2]. Máxime cuando, aclaró el presidente de la CUT, las reformas sociales y en especial el proyecto de reforma laboral presentado por el Gobierno Petro a las Cámaras legislativas no buscan más que restablecer derechos que le fueron arrebatados a los trabajadores por los gobiernos neoliberales y en especial por el de Álvaro Uribe, incluidas sus previas iniciativas legislativas. 

La rabiosa respuesta de la senadora Cabal manifiesta claramente el punto de vista de la facción ultraderechista de la oligarquía colombiana en cuanto califica como “mensaje de violencia social” la justa protesta de los trabajadores y el pueblo colombiano, le endilga un carácter delictivo y exhorta sin ambages a que se le reprima con la violencia. Y este es precisamente la primordial característica del fascismo: la supresión mediante la fuerza de todo derecho democrático, hasta del más elemental. Punto de vista que en Colombia niega de plano toda conquista social, todo derecho consagrado en la Carta política democrático-burguesa vigente, como el del pueblo a la protesta pacífica. Para los dómines de los gremios empresariales, la sola mención del ejercicio de este derecho equivale a “discursos incendiarios” [3]. Que este regresivo enfoque, imbuido de fascismo hasta la médula, ha sido adoptado por el engranaje mediático dominante —pomposamente llamado “prensa”— lo demuestra el hecho de que, enseguida de las declaraciones de Fabio Arias, presentadores de Caracol y Blu Radio, corrieron a increparlo por la “amenaza” consistente en advertir que, de seguirse negando los derechos laborales, la CUT podría verse obligada a convocar una nueva protesta social. Ante lo cual el presidente de la central obrera respondió categórico: “No es una amenaza, es un derecho” [4]. Añadiendo una aclaración capital: “Estallido social sería contra empresarios, no contra el Gobierno” [5].

El actual presidente de la CUT no ha hecho más que cumplir a cabalidad el honroso encargo delegado por los trabajadores: representar la defensa del trabajo ante la rapacidad del gran capital y asumir la vocería de la clase obrera ante Colombia y el mundo. Al tiempo que repudiamos las amenazas contra él proferidas por la senadora Cabal, alertamos al país sobre lo que pueden acarrear a su integridad y su vida, solicitamos del Gobierno Petro se le refuercen las medidas de seguridad por tal razón, y demandamos la solidaridad de la clase obrera colombiana, el conjunto del movimiento democrático del país, el progresismo y la izquierda. 

Bogotá, 25 de febrero de 2025