El frente político Unitarios

Las dificultades manifiestas que se presentaron en las elecciones regionales de octubre de 2023 y que produjeron unos resultados adversos a la coalición del Pacto Histórico y los diecisiete partidos y movimientos que lo integraban, fueron la piedra de toque para probar el grado de cohesión de esta coalición que había conquistado meses atrás la presidencia con más de once millones de sufragios y el 50.44 % de la votación, convirtiendo a Gustavo Petro en el presidente con más apoyo electoral de la historia de Colombia.

Estos ahogos, que impidieron el mejor desempeño electoral del Pacto Histórico en las elecciones regionales, tienen que ver con el comportamiento hegemónico y discriminatorio de las agrupaciones mayoritarias de cara a los movimientos políticos menores dentro del Pacto. Se expresó principalmente en la no observación de las reglas de funcionamiento acordadas, el desprecio por las opiniones así fuera acertadas y positivas, la interrupción de los organismos de coordinación, la toma de decisiones excluyentes, el apartamiento de los sectores minoritarios en los pronunciamientos públicos. Electoralmente hablando se cambiaron los acuerdos de los territorios en materia de composición de listas, se impusieron candidatos no acogidos por las regiones, se negaron avales, se implementaron métodos paquidérmico para la toma de resoluciones, que finalmente afecto en demasía la autonomía regional e impidió la participación electoral en varios departamentos y centenares de municipios, llevando a fracturas en la unidad y al aumento de los factores negativos en la debacle electoral conocida. 

Advirtieron no pocas veces los voceros de los partidos menores dentro del Pacto Histórico de las tremendas dificultades que se afrontaría en el certamen electoral regional. Eran a todas luces evidentes las maniobras, traiciones, componendas, calumnias, desinformación, agresiones, atentados, boicots, disturbios, espionajes, cobardías, ignominias y todas las acciones ilegítimas e ilegales que la derecha implementa contra el gobierno alternativo y popular de Gustavo Petro. Esto imponía primero que todo la mayor acción de movilización callejera en defensa del gobierno del cambio y sus reformas sociales y segundo la más amplia unidad y cohesión de fuerzas políticas para este fin.

La incomprensión de esta palmaria situación y las aspiraciones subalternas por ocupar curules dieron al traste con un comportamiento electoral presentable en las elecciones intermedias. En vez de una rectificación necesaria en los métodos de dirección y coordinación y en la insistencia en apelar a la movilización ciudadana para la defensa del gobierno se optó por la imposición, a rajatabla, de la creación del llamado “Partido Único”. Por supuesto que en vez de entrar en un periodo de autoanálisis y de enmienda lo que produjo la impositiva propuesta fue el reagrupamiento de los partidos y movimientos menores en un frente que denominaron Unitarios. 

Sacó a la luz esta improcedente propuesta, como en un fenómeno dialéctico de convertir lo malo en bueno, un valioso debate de como centralizar las fuerzas del pueblo, si en un partido o en un frente. Se apeló entonces a nuestra propia experiencia y a la experiencia internacional. Los doce meses del año 2024 coparon esa discusión. Se señaló que la victoria electoral de junio de 2022 fue producto de la táctica de agrupar en un solo haz de voluntades a disímiles pensamientos, partidos, personalidades y fuerzas sociales de izquierda, alternativos, progresistas, de centro e inclusive gentes con inclinaciones neoliberales para enfrentar el fascismo criollo y defender la paz, la justicia social y el progreso. Se arguyó que la experiencia de un solo partido había sido ya recorrida en el pasado con el Polo Democrático Alternativo sin un resultado alentador y al final diluido en varias agrupaciones. Se explicó que los recientes resultados triunfantes en varios países como en Francia, Brasil, Sri Lanka, México y Uruguay fueron producto de frentes políticos amplios y democráticos. De igual manera se señaló el carácter antidemocrático y excluyente de las reformas constitucionales que impusieron el umbral electoral, la cifra repartidora y la prohibición de coaliciones electorales autónomas de los partidos y movimientos políticos. 

La conclusión a la que han llegado hoy nueve agrupaciones y partidos políticos (Partido Ecologista Colombiano, Democracia desde Abajo, Movimiento Político y Social Sí Podemos, Todos somos Colombia, Modep, Partido Comunes, Movimiento de Integración Democrática, Esperanza Democrática y Partido del Trabajo de Colombia PTC) es la coaligarse en el agrupamiento Unitarios bajo tres postulados básicos: 1. La defensa del gobierno de Petro, sus reformas sociales, sus avances económicos, sociales y ambientales y su defensa de la paz y la vida, 2. La conformación de un amplio frente democrático con un único candidato presidencial y 3. La consolidación de Unitarios como un agrupamiento hacia las elecciones parlamentarias con listas conjuntas y de voto preferente (https://x.com/JaisonComunes/status/1889290331016810682?t=ZvR_gaVDNNBA5g…;

Unitarios en una realidad política y organizativa con presencia de comités coordinadores en los 32 departamentos del país, en centenares de municipios, en las localidades y comunas de las principales ciudades del país, en el campesinado, al lado de la lucha por la igualdad de la mujer, entre la juventud, en los maestros, en organizaciones sociales como el movimiento comunal y sindical, en los trabajadores de la economía informal, en los círculos ambientalistas y animalistas, en las formaciones del arte y la cultura, entre la intelectualidad de avanzada, entre los empresarios nacionales, lo que nos permite, además de la diversidad de pensamiento y experiencia que cada agrupación ha acumulado, tener una visión de país y de las necesidades y anhelos de su población. Estar ligados de manera organizada a los más diversos sectores de la población nos facilita movilizar bastos contingentes en defensa del gobierno humanista de Petro y contar con un significativo potencial electoral que contribuya a la continuidad del gobierno del cambio y a tener voceros en las corporaciones públicas que respondan a los intereses de la nación. 

Ha dejado claro toda esta fructífera discrepancia que, si las contradicciones en el seno del pueblo se tratan con inteligencia, pero sobre todo con el criterio de poner la política al mando, estas tienden a acrecentar la fuerza y la labor consciente de millones de personas que en Colombia luchan por la democracia, el progreso, la paz y por asegurar la continuidad de un proyecto de cambio social y la primacía del trabajo como fuente de riqueza y base de la igualdad humana. Así lo está pregonado el presidente Gustavo Petro (https://twitter.com/i/status/1889305430196682999). 

Para las huestes petecitas que hemos defendido con valentía y honor esta manera de proceder y la necesidad de conformar un poderoso frente antifascista, no solo en Colombia sino en el mundo, nos queda por delante esta insigne tarea. Caminaremos en esta senda que nos presenta un reto inminente este 2025. La consolidación política, organizativa y de masas de Unitarios para afrontar de manera óptima las elecciones parlamentarias e insistir, hasta su logro, en un frente amplio que mediante consulta popular encare las elecciones presidenciales con un candidato que garantice la continuidad del gobierno de la igualdad, la soberanía y la prosperidad nacionales.