La batalla por el modelo de ciudad en Bogotá. “Sindicalistas unidos por la revocatoria”
Miguel Ángel Delgado R.
Ejecutivo CUT Bogotá Cundinamarca
El anuncio de la venta de la Empresa de Telecomunica-ciones de Bogotá, ETB, hecho a pocos días de su posesión como alcalde de la capital y ratificada ante el concejo en el mes de abril del año anterior, dieron razón al movimiento sindical que había cerrado filas en contra de la elección de Enrique Peñalosa. Este atentado contra el interés y la educación pública de los bogotanos, no fue planteado por el candidato Peñalosa en la campaña electoral y tampoco estaba escrito en su anteproyecto de plan de desarrollo. De inmediato Sintrateléfonos, el sindicato de los trabajadores de esta empresa, se dio a la tarea de rechazar esta venta y movilizó, primero a sus bases, luego al movimiento sindical capitalino y, por último, a la población, representada en numerosas organizaciones sociales y políticas. Entre los que salieron a estas movilizaciones se destacaron los jóvenes universitarios, en particular los estudiantes de la Universidad Distrital, la institución educativa más perjudicada por la venta de ETB, en razón a que buena parte de sus ingresos provienen de esta empresa1.
La movilización, la agitación y la denuncia se mantuvieron a lo largo del año 2016, sus picos más altos se dieron durante la discusión y aprobación en el Concejo del acuerdo que permitirá la venta de la ETB. En medio de esta oleada de descontento popular y sindical y al calor de la discusión sobre el qué hacer, surgieron varias ideas, entre ellas la revocatoria del mandato de Peñalosa, como instrumento político de participación ciudadana.
Sintrateléfonos asumió esta tarea y se ha convertido en eje central del movimiento “Unidos Revoquemos a Peñalosa” que pretende recoger más de 700.000 firmas, que obliguen a las autoridades electorales a convocar un referendo revocatorio, que ponga en manos de la ciudadanía bogotana la decisión de si esta administración continua o no. El vocero del movimiento es el compañero Gustavo Merchán Franco, fiscal de Sintrateléfonos, y en su sede sindical se centraliza la recolección de firmas, se realizan las reuniones de coordinación, logística y comunicaciones del comité, en el cual participan activamente 64 organizaciones sociales, políticas y sindicales.
El auge que ha tomado la revocatoria no solo entre los trabajadores distritales sino en el pueblo bogotano, es el reflejo de las erráticas políticas adelantadas por el mandatario distrital, quien a pesar de contar con el favoritismo de los grandes medios de comunicación tiene una imagen desfavorable que la totalidad de encuestas dan por encima del 75%. El programa Bogotá Cómo Vamos, uno de cuyos patrocinadores es el diario El Tiempo, la ubica en 78%, en los estratos bajos es del 86%2, todo debido a las doce grandes mentiras de Peñalosa, como sostienen los participantes más activos, entre sindicalistas y dirigentes políticos. Anotan, por ejemplo: la afectación del patrimonio público, el arrasamiento del medio ambiente y el desprecio por políticas mitigadoras frente al calentamiento global, el retroceso en movilidad, la caída en seguridad, el caos en salud, la privatización en educación, el tratamiento a los sectores excluidos y empobrecidos de la ciudad, el desprecio comunicativo y sus falsos títulos de sabio. Por eso la ciudadanía está haciendo cola para firmar la revocatoria en cualquiera de los sitios donde las brigadas de la revocatoria llegan a recogerlas.
En el Distrito laboran alrededor de 71.000 empleados. De ellos 21.600 están ubicados como trabajadores de planta y 4.745 como trabajadores oficiales; los 44.665 restantes, 4.000 son de planta provisional y 40.665 de contratos de prestación de servicios3. Desde el primer momento de esta administración se hicieron anuncios y se tomaron decisiones para retirar del servicio a miles de trabajadores. Solo en las secretarias de Hábitat y Gobierno, para los meses de marzo y abril pasados, se retiraron cerca de 5.000 trabajadores, lo que continúo durante todo el año 2016. Se calcula en más de 20.000 el número de empleados desvinculados. Estos trabajadores son idóneos y llevan al servicio de la administración en promedio entre 6 y 7 años. Lo que empeora el asunto, según lo aseguran varios dirigentes sindicales, es que estos puestos son entregados a la clientela de los concejales que conforman la coalición mayoritaria que protege y respalda al alcalde Peñalosa.
Sindistritales, Sunet, Sintrenal, Sintrateléfonos, Atelca, y la generalidad de sindicatos de la administración distrital han denunciado y se han manifestado contra la tercerización laboral, que ha tomado dimensiones colosales en el Distrito. Los sindicatos de empleados distritales, en su mayoría, se han vinculado a la revocatoria de Peñalosa y a instancias de la Subdirectiva CUT Bogotá Cundinamarca han constituido una coordinación que han denominado “Sindicalistas Unidos por la Revocatoria”.
El pasado lunes 13 de febrero, más de 10.000 vendedores ambulantes de la ciudad marcharon contra la política represiva y abusiva sobre los comerciantes informales por parte de la administración peñalosista. Es la tercera gran manifestación en lo que va corrido de este mandato. Rechazan el desalojo por la fuerza de sus lugares de trabajo que les proporciona su sustento familiar, el decomiso de sus pocas mercaderías, las continuas golpizas de la policía y el agravamiento de estas mediadas con el nuevo Código de Policía. Partieron de la Plaza de la Mariposa en San Victorino con un recorrido por las carreras décima y séptima y la calle 19, hasta llegar al Palacio Liévano, sede de la alcaldía, para gritar sus verdades con toda la fuerza de sus gargantas. “Unidos revoquemos a Peñalosa” fue la consigna que se escuchó en todo el camino. Los diferentes comités locales de vendedores que participaron en la marcha y la Ugti, sindicato que concentra las organizaciones gremiales de los vendedores, integrantes del movimiento por la revocatoria de Peñalosa, reportaron la recolección de varios miles de firmas durante el desarrollo de esta protesta.
En marzo de 2016 el Concejo aprobó el modelo de salud presentado por la alcaldía. Con este nuevo modelo los 22 hospitales de la ciudad se fusionaron en una sola red integral que operará bajo 4 gerencias distribuidas así: sur, norte, centro oriente y suroccidente y la parte administrativa será manejada por una sola unidad logística. Este proyecto no tuvo ninguna sustentación de tipo técnico, comparativo o financiero, al decir de concejales opositores. Según los sindicatos del sector salud, este sistema abre las puertas a la privatización de servicios, reduce drásticamente el personal administrativo y operativo indispensable para un buen servicio, produce un desabastecimiento crónico de los insumos hospitalarios, no resuelve la crisis financiera causada por las gigantescas deudas de las EPS con los hospitales públicos y llevará la crisis de atención a niveles aún más degradantes. En la salud del Distrito también se desvincularon cerca de 11.000 antiguos contratistas, reemplazados por la clientela peñalosista. Sindess, el sindicato mayoritario en la red pública hospitalaria del Distrito, ha rechazado este modelo y también se ha vinculado con fuerza a las jornadas por la recolección de firmas para la revocatoria.
La ADE, el poderosos sindicato de los maestros capitalinos, que ha venido denunciando la política privatizadora del alcalde Peñalosa, de pretender entregar en concesión al sector privado los colegios en construcción y la falaz jornada única (la cual fue rechazada mediante un paro estudiantil en el colegio Nicolás Esguerra), realizó una formidable asamblea de maestros para vincularse de lleno a la revocatoria y a la labor de la recolección de firmas, así mismo dispuso su sede e importantes recursos logísticos y propagandísticos a favor de esta causa.
Numerosos sindicatos en Bogotá de empresas privadas y sindicatos estatales del nivel nacional, han acudido al llamado de la Central Unitaria de Trabajadores para vincularse al torrente de la revocatoria. Reuniones de juntas directivas, asambleas de afiliados y movilización de activistas se han realizado por parte de estas organizaciones para trazar las tareas con miras a contribuir en la recolección de las 700.000 firmas. Sindicatos tan importantes y con tradición de lucha en el sector financiero como Uneb y Aceb se han vinculado a la revocatoria y establecieron conversaciones para realizar acciones conjuntas de recolección de firmas. La USO el sindicato petrolero, que acaba de cumplir 96 años de fundado, en su expresión regional Bogotá también dijo presente en la revocatoria. Inquirido el presidente de Sintrasodimac, en una de estas jornadas, sobre el porqué de la vinculación de estos sindicatos a esta actividad ciudadana, dijo que como bogotano de corazón tan solo saber lo que el alcalde intenta hacer con el Metro, la venta de acciones de la Empresa de Energía de Bogotá y la reserva Thomas Van der Hammen, da para que los trabajadores organizados contribuyan con 300.000 firmas.
Sindicatos, organizaciones sociales, ambientales, juveniles y los partidos políticos, todos interesados en salvaguardar el patrimonio público, el medio ambiente y las conquistas sociales y democráticas de la capital, prometen trabajar duro para llevar a puerto seguro la revocatoria del mandato de Peñalosa.