Teletrabajo, y los derechos laborales
Todo lo aquí mencionado nos lleva a concluir que el teletrabajo no es una situación laboral que se debe mirar solo desde el punto de vista económico, es importante abordarlo desde el punto humano y social.
Por Deyanira Ortiz
A comienzos de la década del setenta, EUA vivía una escasez de combustible originada por el embargo de petróleo decretado por los países exportadores de petróleo árabes a los países que apoyaban a Israel. Esta guerra conocida como Yom Kipur[1], le dio la idea a un ingeniero de la NASA, Jack Nieles, de crear esta nueva modalidad de trabajo. El origen de la idea se basaba en evitar al máximo el deslazamiento de los trabajadores en EUA, ayudando a disminuir el consumo de combustibles y la necesidad de importar petróleo. Desde entonces esta nueva modalidad de trabajo se viene desarrollando, modificando y creciendo en forma exponencial en estos últimos años de pandemia.
No hay que confundir el teletrabajo con actividades como las de llevar el trabajo para realizarlo en casa. El teletrabajo empieza a tener una característica diferente y especial a partir de inicios de la época de los noventa, ya que su realización se hace necesariamente y de forma imprescindible con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, en una ubicación geográfica diferente a la de las oficinas, y de las instalaciones de producción de las empresas, la OTI declara su existencia y advierte un efecto colateral que consiste en una separación de las personas.
En la actualidad, el teletrabajo se realiza de tres maneras diferentes: 1) Teletrabajo autónomo. Modalidad donde el trabajador escoge el lugar a donde va a desarrollar sus actividades laborales y solo va a la oficina cuando se realizan reuniones puntuales 2) Teletrabajo Suplementario. Se caracteriza por la alternancia, se labora unos días desde un lugar fijo diferente a los sitios de la empresa y otros días se labora en jornada completa en las instalaciones empresariales, y 3) Teletrabajo Móvil. Tipo de trabajo donde los trabajadores no tienen un lugar establecido para realizar las funciones, desarrollándolas con equipos móviles que permiten el trabajo con las tecnologías de la información y la comunicación.
Si bien es cierto que en pandemia muchos trabajadores se vieron beneficiados por este tipo de trabajo, los empleadores que permitieron esta modalidad, no duraron en prolongar las jornadas de trabajo y se beneficiaron al disminuir los costos de operación dejando de pagar arriendos, servicios públicos y el pago de contratos de mantenimiento de los lugares de trabajo convencionales. Lo vivido en este tiempo sirvió para mostrar la viabilidad de este tipo de trabajo y sus consecuencias para las partes.
El teletrabajo en Colombia
Desde 2008 en Colombia se ha hablado del teletrabajo. Con la Ley 1221 de 2008 se dio reconocimiento a esta nueva modalidad de trabajo y se establecieron los primeros criterios para el fomento y la generación de una política pública. Con la Ley 2088 del 2021 se empieza a regular el teletrabajo y desde entonces se cuenta con elementos jurídicos para proteger el empleo en casos de situaciones vividas como la pandemia. Mediante el decreto 884 del 2021 se determinó una política de riesgos laborales para los teletrabajadores y se definió como prevenir factores de riesgos, especialmente los psicosociales, y con la Ley 2191 del 2022 en uno de sus parágrafos se trata el tema de la obligatoriedad de aceptar la desconexión de los empleados que, de no aceptarse por parte de los empleadores, se estaría tipificando como una conducta de acoso laboral, ajustándose a lo expuesto en la Ley 1010 de 2006. Igualmente, se podría decir que con esta Ley -2191- expedida el 6 de enero de este año se intenta poner límites a los abusos de los empleadores frente a situaciones como la prolongación del horario sin paga.
El crecimiento del teletrabajo en Colombia ha sido exponencial. En los diferentes estudios realizados y publicados por Mintic a finales de 2021 (sexto Estudio de Percepción y Penetración en entidades colombianas), se visualiza un crecimiento en las entidades que han desarrollado esta modalidad de trabajo. De cada 10 entidades 4 la desarrollan, esto significa un incremento del 38% en 2019 y un 41% en 2021. En Colombia existen más de 209.000 teletrabajadores, el estudio concluye que la modalidad más usada en Colombia es el teletrabajo suplementario. Del total de los teletrabajadores el 60% pertenece a las áreas administrativas y financieras y un 45,9 desempeñan labores en otras áreas organizacionales como en los que se trabajan procesos misionales, jurídicos, planeación y procesos de apoyo.
Los propósitos de este nuevo gobierno
Es claro desde la campaña electoral y según lo expuesto en el Plan de Gobierno 2022- 2026, que uno de los propósitos de cambio es fortalecer la conectividad y el uso eficiente de las herramientas tecnológicas de la información y las comunicaciones. Adicionalmente, se proyecta generar de forma intensiva todas las acciones que conlleven a una reactivación económica y una reindustrialización del país. Entiende el ministerio de las TIC que el teletrabajo es una fuente para la reactivación económica y declara que es menester aportar todo lo que sea necesario para el cuidado de la salud mental, emocional y física de los trabajadores ya que esta modalidad modifica sus entornos de trabajo. Adiciona, además que esta modalidad es una nueva oportunidad para la inclusión, la diversidad, el respeto por el medio ambiente y la modernización del empleo.
Por su lado la Función Pública, señaló que el teletrabajo es fundamental para la administración pública de este gobierno, ya que los trabajadores públicos se benefician de la flexibilidad y se fortalecerá la prestación de servicios orientado a los resultados, con la modalidad de teletrabajo.
Por su parte Edwin Palma Egea, viceministro de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo, sostuvo en el evento del día internacional del teletrabajo, que:
“…los retos del Ministerio del Trabajo, hoy en el Día Internacional del Teletrabajo, básicamente son cuatro: el registro de teletrabajadores y teletrabajadoras, la construcción de la política pública para la productividad en esta modalidad de trabajo a distancia, llevar la inspección del trabajo y promover el derecho de asociación sindical. Estamos en toda la disposición de acordar, discutir y concertar estos retos".
Retos y dilemas
En el teletrabajo móvil debe existir control y normalización, esta modalidad utilizada por empresas internacionales utiliza los trabajadores denominados “nómadas”[2], los cuales no tienen posibilidades de pensionarse y carecen de seguridad social. Recordemos que estos teletrabajadores no tienen un contrato normal de trabajo, realizan todo tipo de actividades en plataformas digitales internacionales, donde se les exige cumplimiento de horas de trabajo, depende de un jefe y rinden y ejecutan labores preestablecidas. Los pagos que reciben son en moneda extranjera (usualmente en dólares) y estas mismas empresas, con la utilización e intermediación de empresas propias dedicadas al cambio de divisas, descuentan un porcentaje del pago realizado por la operación de cambio de divisas y por consignarles el dinero en las cuentas bancarias nacionales dadas por los teletrabajadores.
La interacción nula con los compañeros de trabajo, la falta de límites entre lo personal y lo laboral ha dado como resultado un aumento en los niveles de ansiedad y una baja en el bienestar mental. La dificultad de compaginar familia y trabajo, la sensación de estancamiento profesional y personal, los problemas asociados con los nuevos tipos de interacción laboral son situaciones que deben ser abordadas con sumo cuidado porque actualmente los teletrabajadores con frecuencia acusan fatiga mental, nerviosismo, irritabilidad, tensión fuera de los límites normales, sensación de soledad y novedades en aspectos físicos.
El impacto en las teletrabajadoras ha sido mayor, se les han multiplicado las responsabilidades porque han tenido que asumir la mayor parte de las labores del hogar y los cuidados de los hijos y mayores, ahora no son solo trabajadoras, sino cuidadoras y proveedoras permanentes en sus viviendas y el panorama para las mujeres con discapacidad es más preocupante, en ellas ha aumentado el riesgo de la no visibilidad, y ha aumentado preocupantemente un impacto negativo en su salud física/psíquica al no poder socializar con otras personas.
Todo lo aquí mencionado nos lleva a concluir que el teletrabajo no es una situación laboral que se debe mirar solo desde el punto de vista económico, es importante abordarlo desde el punto humano y social.
[1] Guerra peleada por una coalición de los estados árabes liderada por Egipto y Siria en contra de Israel en 1973
[2] El trabajador nómada es un nuevo tipo de empleado. “Nómada” es el término que se usa para las personas que cumplen sus funciones laborales desde cualquier parte del mundo, aceptando las exigencias de su empleador.