Con Petro al triunfo el 17 de junio
La formación de la corriente progresista y democrática que irrumpe vigorosa en la política nacional obedece a un proceso que se inició desde la misma instauración del “Frente Nacional” que excluyó del manejo del Estado a quien no fuera liberal o conservador. El PTC siempre consideró que las transformaciones indispensables en Colombia se lograrían conformando una gran coalición nacional y democrática. En los últimos doce años la unidad con Gustavo Petro ha alcanzado aleccionadores frutos.
El PTC ingresó al Polo en el 2005. Gustavo Petro ya era conocido por sus debates parlamentarios contra la violencia imperante y el paramilitarismo. Dos hechos acercaron las dos fuerzas: El 28 de junio de 2007 fueron asesinados once diputados del Valle por las Farc. El presidente del Polo, Carlos Gaviria, condenó el crimen pero no a los responsables. Petro expresó su desacuerdo y reclamó la condena a los autores del crimen, hecho que creó gran debate dentro del PDA. El PTC respaldó al senador tanto en la discusión y en una carta de Marcelo Torres: “el avance del PDA fue precisamente el deslinde con la lucha armada y los secuestros. Esta condición sigue vigente y es decisiva para el porvenir del Polo” (La Bagatela Nº 34, octubre 2007).
El otro hecho fue el apoyo de Petro a la decisión de Marcelo Torres de aspirar a la alcaldía de Magangué y derrotar el clan de “La Gata”. En la plaza pública expresó: “Vengo a Magangué a demostrar que es posible un país sin Farc, sin paras y sin mafia, que es posible una Colombia democrática” (La Bagatela, edición especial para Magangué, octubre 2007).
Por esa época, el PTC y Petro libraron otra justa batalla en el Polo para que ese partido, que inicialmente era reacio, participara en la jornada contra las Farc del 4 de febrero de 2008, objetivo que se logró.
Una oportuna actividad política fue la invitación de la concejala Ivonnet Tapia a Petro a la sesión del concejo de Mosquera (mayo 2009), la misma a la que fue citado Tomás, el hijo del presidente para rendir cuentas de los negocitos en que andaba. Petro lo recordó en la manifestación del mes pasado a los pobladores de Mosquera: “aún los Uribe deben los $60.000 millones al municipio” pues no pagaron los impuestos por los lotes aquellos, que de repente se convirtieron en zona franca (La Bagatela, junio 2009).
Cuando la relección de Uribe las discrepancias se ahondaron dentro del Polo. Su segundo Congreso (2009) derrotó la “política de coalición” y se fracturó en dos bandos que se enfrentaron para escoger el candidato presidencial. Tamaño desatino dispersó las fuerzas opositoras. Ese mismo año, Petro ganó la candidatura en la consulta interna (La Bagatela, junio 2009) y adelantó la campaña presidencial con exigua participación del sector de Robledo. En diciembre del 2010, el sector petrista, en renuncia masiva sale de esa agrupación, pues el Polo no acertaba en la política y no toleraba diferencias (La Bagatela Nº 40, diciembre 2010). El PTC participó en esta decisión.
Por esos días los negocios entre los contratistas del Distrito y los Moreno salían a la luz pública. Petro mostró cómo se habían perdido billones de pesos. El PTC compartió esa denuncia y acompañó la rueda de prensa donde se mostró el desfalco.
En un inicio Petro dudó en postularse a la Alcaldía de Bogotá, argumentaba la falta de organización, de aval, de financiación; sin embargo, se salió a la calle a recoger firmas y repartir periódicos de campaña. Tres meses después de recorrer a Bogotá, el equipo de campaña estaba de pie, la candidatura inscrita y la ciudadanía notificada. Los militantes del PTC hicieron parte de esta gesta con su trabajo y su entusiasmo. No sobra recordar dos detalles de la época; en esa contienda se enfrentó contra todos los matices de los partidos, incluso contra el deslucido candidato del Polo, Suárez, que obtuvo escasos votos. El resultado fue halagüeño: se eligió alcalde y bancada Progresistas, la mas grande del concejo, incluido Yezid García del PTC. Paralela a esa campaña, Marcelo Torres alcanzó la alcaldía de Magangué. En medio del trajín en la capital, Petro respaldó la campaña y acompañó a Marcelo en la manifestación más grande que se recuerde en el puerto.
Tres hechos notorios fortalecieron aún más la relación entre las dos fuerzas: la elección de Petro produjo la más dura oposición de amplios sectores políticos de derecha e incluso uno de izquierda, de parte de la institucionalidad y de los medios mas poderosos, al punto que el procurador Ordoñez, atribuyéndose funciones que no le correspondían, logró retirar al alcalde de su puesto. El pueblo bogotano, que colmó la plaza de Bolívar durante un mes, fue factor determinante para que Petro regresara al Palacio Liévano. El PTC estuvo en la plaza noche tras noche. El concejal Yezid García se constituyó en el defensor más decidido y claro de la Bogotá Humana en una corporación adversa a la administración. La tercera acción conjunta entre PTC y Petro fue comprender la necesidad de contribuir decididamente en la reelección de Santos para impedir que el uribismo retornara al poder en 2014. Se hizo un llamado a las fuerzas democráticas para que votaran por Santos, que fue respondido positivamente con excepción de la corriente de Jorge Robledo. Se puede decir que sin esta audaz decisión, el presidente hubiera sido Zuluaga (La Bagatela Nº 41, noviembre 2013).
En conclusión, el PTC ha respaldado las decisiones trascendentales tomadas por Gustavo Petro en los últimos años, y hoy se une a la corriente democrática con millones y millones de colombianos que lo llevarán a la Presidencia con su fórmula vicepresidencial Ángela María Robledo.
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