Cali bota más de la mitad del agua tratada
Panorámica del río Cauca en Cali.
Jorge Hernán Gamboa López
Secretario regional PTC Valle del Cauca
Es difícil creer que una ciudad como Cali, que presta el servicio de agua potable a cerca de 600.000 usuarios de forma monopólica a través de las Empresas Municipales de Cali, se dé el “lujo” de derramar a lo largo y ancho de su obsoleta red de distribución, el 57% de los 13 m3/s que sale de sus 5 plantas de tratamiento, más la capacidad de los 4 pozos profundos ubicados en el Distrito de Aguablanca. Lo aceptable, según las normas es hasta el 30% de pérdidas, que de por sí es elevado.
¿Y cómo sucede? Esto es un acumulado de irresponsabilidades que no han permitido con la celeridad debida, reemplazar 1.000 kilómetros de tubería en asbesto-cemento con un promedio de 30 a 40 años de uso, a pesar de que los recursos para la reposición y expansión los vienen pagando los suscriptores mes a mes, vía factura.
Como se sabe, Emcali-Eice ESP estuvo intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios por 13 años, (2000-2013) durante los cuales la empresa quedó a disposición de la banca y demás acreedores para que se pagaran las deudas. Durante ese lapso no se cambió un metro de tubería. Salidos de la nefasta intervención y hasta nuestros días, el ritmo de reposición de redes es ridículo: para el año 2016, según el Informe Ejecutivo de la Gerencia General, solo repusieron 6,8 km.
El concejal Óscar Ortiz interviene en el foro sobre el abastecimiento sostenido de agua para Cali,
realizado el 29 de junio.
La inestabilidad en las gerencias no permite construir un plan estratégico serio, como se demuestra con la sucesión de gerentes a razón de uno por año desde la intervención. Todos, incluidos los alcaldes, se han dedicado a echarle la culpa a los asentamientos ilegales, a los fraudes, a los medidores, a las altas presiones, a la necesidad de sectorizar, en eso se han gastado millonadas, pero las cifras dicen que de nada ha servido, pues del 42% de pérdidas del 2005 pasamos al 57% en el 2016, como lo reconoce la empresa y la Contraloría General de Cali. Así queda demostrado que mientras sigamos con las arterias rotas, no habrá solución, las pérdidas seguirán en aumento.
Resolver el problema a pesos de hoy, según la Asociación Colombiana de Ingenieros Sanitarios (Acodal) Capítulo del Valle, y la misma Emcali, a través de Eduardo Arbeláez, jefe del Departamento de Planeación de Acueducto y Alcantarillado de Emcali, lo estiman en $600 mil millones de pesos. Los recursos existen, no solo porque es una deuda de Emcali con los usuarios, sino porque son el producto de las negociaciones con la Nación para la devolución de Emcali al municipio, (Conpes 3858 de junio de 2016), en la medida que Emcali pague la deuda de un billón de pesos por concepto de la Ptar (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales), la Nación le devuelve a Emcali esos valores con el fin exclusivo de invertir en acueducto y alcantarillado.
La vieja y deteriorada tubería de la red de agua.
El agua complementaria que necesita Cali está en Cali
Desde hace 20 años Emcali y la CVC venían en la búsqueda de nuevas fuentes de agua para Cali. Según informaron a principios de este año, evaluaron 35 proyectos hasta que por fin, apareció la luz: Que hay que traer el agua del mismo río Cauca pero a la altura de la represa La Salvajina, a 60 kilómetros de distancia, pero entubada, con un costo, para empezar, que puede estar entre los 400 y 500 millones de dólares para sumar 6 m3/s y montar una nueva planta de tratamiento en la zona de expansión.
Ante semejante anuncio, que pone a hacer cuentas a más de un negociante de megaproyectos o proyectos de cuarta generación, desde la academia, con el respaldo del Concejo Municipal de Cali, a iniciativa del concejal Óscar Javier Ortiz Cuéllar, se propiciaron dos debates en lo que va del año: uno de control político para pedir mayor información; y un foro académico en el hemiciclo del Concejo el pasado 19 de julio, con la presencia del ingeniero agrónomo experto en agua y el calentamiento global, Óscar Rivera Luna, y el Instituto Cinara de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle, con su propuesta de Filtración en Lecho del Río (FLR).
El agua no hay que buscarla río arriba, explicó el ingeniero Óscar Rivera. El agua está aquí a nuestros pies y se está perdiendo, fundamentalmente por una tubería en pésimo estado, el agua está aquí en nuestros siete ríos, si hacemos manejo de cuencas, si reforestamos, si no contaminamos, si fortalecemos el proyecto de Maestros del Agua, hasta formar una densa red de Maestros Defensores en todo el municipio. Si controlamos los canales de aguas lluvias, la minería ilegal y los grandes fraudes, si le hacemos mantenimiento oportuno a nuestras plantas de tratamiento, si aprovechamos las abundantes aguas subterráneas que poseemos a lo largo del río Cauca, nuestra principal fuente, si ponemos a funcionar los 4 pozos profundos de Aguablanca, que inexplicablemente no entran al sistema y que pueden producir 600 litros por segundo para 500.000 habitantes a 50 años.
Por su parte el Instituto Cinara presentó los avances de su investigación sobre la Filtración en Lecho del Río, realizados ahí, frente a la planta de tratamiento de Puerto Mallarino sobre el río Cauca, con un pozo de prueba que está arrojando los primeros resultados, muy alentadores sobre la tecnología TLR que le permitiría a Cali tener de manera estable el agua que necesita en los intensos inviernos o prolongados veranos. También el Cinara recomienda reducir las exageradas pérdidas de agua y todo lo que tiene que ver con el cuidado de las cuencas, como partes de una solución integral.
La planta de tratamiento del acueducto caleño.
Las ventajas de la tecnología son múltiples, explicó el ingeniero sanitario Luis Darío Sánchez, utiliza procesos de purificación de estratos naturales para eliminar contaminantes, con menor postratamiento y uso de energía, los costos de inversión y de operación son bajos, evitaría el cese de las plantas como ocurre hoy ante eventos de alta turbiedad y bajo oxígeno disuelto (OD) y contaminación química, procuraría mayor cantidad y calidad de agua estable, menor producción de lodo, por tanto menor impacto ambiental. La tecnología FLR está “a la mano” y es una opción probada en el mundo, remató diciendo el ingeniero. No hay duda que de implementarse, colocaría al Cinara, Emcali y al municipio de Cali como líderes de una alternativa que necesitan centenares de municipios en el país.
El clamor es para que Emcali-Eice respalde al Cinara en la etapa final de la investigación, pues hasta ahora la ausencia es total, y se necesita hacer un pozo a escala real.
Lo que sigue es una lucha para evitar que, innecesariamente, se comprometa a Emcali en un proyecto que la puede dejar peor de lo que está, cuando la solución que se propone puede costar la cuarta parte de lo que se pretende.
El próximo escenario para mover estas ideas será cuando se realice el Foro Nacional e Internacional por la Recuperación del río Cauca, los días 24 y 25 de agosto de 2017 que organiza la Contraloría del Municipio, el Cinara y la Universidad del Valle.
Cali, 28 de julio de 2017