La gobernanza de la IA
La aplicación de la IA ha aumentado discriminadamente las desigualdades sociales, manipula permanentemente los grupos sociales a través de las redes sociales, afecta la democracia y al Estado de derecho, y ha comprometido en cada forma vez más creciente y negativa a los derechos fundamentales de la sociedad.
Por Deyanira Ortiz
El problema no es desarrollar y controlar la IA, el problema es encontrar como por medio de este juego de poder (la gobernanza[1]), en el que se conjugan la competencia de intereses, el conflicto y la negociación, es el mecanismo para dominar el mundo. La IA es un catalizador de cambios, profundos, positivos y negativos en el empleo, las relaciones laborales, en las relaciones humanas y en síntesis en el desarrollo y comportamiento de la sociedad.
Los participantes actuales de esta competencia de creación y regulación de la IA, son los tres bloques que se disputan igualmente el mercado económico; los EUA, Europa y la República Popular de China. Pero el tema no es nuevo, desde comienzos de la segunda década del siglo XXI, empresas, centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil, foros intergubernamentales como el G-7 o el G-20, la Unesco, la OCDE, han entrado en la competencia de la formulación de regulaciones globales, que han ocasionado tener un concepto fragmentado, cargado de intereses, normas caracterizadas por diferencias ideológicas fuertes, en cuanto a regulación de datos y al control mismo de la IA.
Con el argumento de que la fragmentación del concepto de “Gobernanza de IA”, es producto de la diferencia misma existente en la definición de la IA, se pretende ocultar las reales causas, que son los efectos adversos éticos y legales que ha ocasionado la aplicación de IA en las diferentes actividades del ser humano. Un caso reciente, que muestra que no es así, es la prohibición hecha por Italia del Chatbot[2] con inteligencia artificial, de la empresa norteamericana OpenAI[3], posición que se puede dar próximamente en países como Alemania y España. Pero en esencia, esta fragmentación se da por la intención de obtener la hegemonía mundial.
Lo cierto es, que la aplicación de IA ha aumentado indiscriminadamente las desigualdades sociales, manipula permanentemente los grupos sociales a través de las redes sociales, afecta la democracia, al Estado de derecho, y ha comprometido en forma cada vez más creciente y negativa los derechos fundamentales de la sociedad. Es tan lesivo el uso de la IA cuando no tiene control, que en las mismas entrañas del país del norte se ha presentado una demanda por parte de El Center for AI and Digital Policy (CAIDP) contra OpenAI ante la Comisión de Comercio Federal (FTC por sus siglas en inglés) alegando que este producto, Chatbot, es “sesgado, engañoso y supone un riesgo para la privacidad y la seguridad pública”.
Al hacerse un análisis juicioso de las razones por las cuales la democracia de los EUA enfrenta hoy retos enormes, como el que los ciudadanos duden de los resultados de las elecciones y el extremismo, el autoritarismo y la desinformación aumenten en forma geométrica y donde se vive una incontrolable discusión interna política, que demuestra una falsa solidez del sistema democrático; aparte de la decadencia que vive el capitalismo mismo, se encuentra que IA empezó a surtir sus efectos en la sociedad norteamericana. Y una forma de superar esta crisis es la búsqueda incansable para encontrar aliados internacionales que le ayuden a desacreditar los avances en materia no solo de desarrollo de nuevas soluciones de IA sino de los intentos de gobernanza, en donde no han sido protagonistas e incluso en ocasiones no han sido tenidos en cuenta. En buena parte esa fue la razón y los objetivos por lo que en meses anteriores extendieron una invitación a 110 países para una “Cumbre por la democracia 2023”; cumbre que se realizó en forma virtual y que buscaba según ellos, una salida al mundo con argumentos elegantes que conmovieran y persuadieran, que se debe revertir la actual “recesión” de libertades en un momento de creciente autoritarismo, según las palabras de Biden. Valga notar que fueron ausentes, porque no fueron invitados a esta cumbre Rusia y China. Al leer el informe final, “Declaración de la Cumbre para la Democracia Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo”[4] de marzo de 2023, en varias de sus diez y siete conclusiones mencionan el interés por la administración de la tecnología y la creación de una reglas claras y beneficiosas, con una retórica de apoyo a la moralidad y la justicia del ecosistema digital, sin ocultar su verdadera intención de politizar e instrumentalizar esta gobernanza para la preservación de su hegemonía.
Ante este panorama es importante conocer cómo es y ha sido realmente el trabajo hecho por los tres bloques (EUA, China y la UE) con respecto a la gobernanza de la IA. La legislación y la regulación de la gobernanza tienen una característica primordial, ellas han nacido luego de los avances tecnológicos en todos los campos y han sido muchísimo más lentas en su desarrollo y creación que los avances tecnológicos. Por un lado ha existido en forma tardía unos pedidos de autorregulación capitalista a los productores nacionales de IA en los EUA, en China la gobernanza se ha caracterizado por lo que se ha denominado el tecno-autoritarismo, y una regulación integral con características garantistas se ha dado en la Unión Europea.
Valga anotar que tanto para los EUA como para China la regulación de los datos propuesta y puesta en funcionamiento por la UE, ha sido la base de construcción de sus ideas de gobernanza. Es la UE pionera en la regulación del ámbito digital internacional y es en la actualidad el bloque más avanzado en leyes sobre la inteligencia artificial. Un ejemplo del su avance en este tema, es el caso de la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), presentada en 2021 por la Comisión Europea, y que entra en funcionamiento en 2024. Esta Ley incluye la Ley de mercados Digitales (DMA) y la Ley de servicios Digitales (DSA), y con ellas se pretende regular los usos de IA, crear espacios seguros para su desarrollo y proteger los derechos y las libertades de la sociedad.
Los EUA, trabaja sobre el concepto de mercantilizar los datos personales; es decir, transformar la información personal en una mercancía sujeta a la compraventa con fines de lucro, y si a esto se suma que una buena parte de la sociedad ha hecho una oposición significativa al uso de la IA en el sector público, especialmente en el uso de las tecnologías de reconocimiento facial, y que los desarrollos dependen no del Estado sino de los oligopolios tecnológicos que no están para nada interesados en ningún tipo de regulación, da como resultado su atraso en ser pioneros en la gobernanza digital. Esta es una de las razones que los ha llevado a generar una guerra técnico-comercial especialmente contra China y generado salidas como las que mencionamos arriba de la cumbre por la democracia. Igualmente y ante la falta de decisión del gobierno federal cinco estados (California, Colorado, Connecticut, Utah y Virginia) han adoptado legislaciones propias sobre el tema, sin contar con una regulación nacional.
Mientras tanto y para finalizar el trabajo hecho por los tres bloques, hay que mencionar que China desde el momento en que adoptó el «Plan de Desarrollo de la IA de la próxima generación», (en 2017) en donde detalló los principios y objetivos estratégicos con los que desarrolla los avances de IA, pretende convertirse en el país líder mundial, regulando y supervisando la algorítmica y los datos, protegiendo la información personal y supervisando como Estado los algoritmos de los motores de navegación en internet, incluye incluso nuevos derechos a los usuarios como la posibilidad de optar por no usar algunos algoritmos, pero a su vez dicta otras disposiciones sobre la moderación de los contenidos a las empresas privadas e impulsa para que se promueva activamente la línea oficial del Partido Comunista Chino. Razón por la cual es caracterizado el modelo como tecno-autoritario.
En conclusión el tema radica en que quien controle el desarrollo de la IA y su gobernanza, será la próxima potencia del mundo.
[1] La gobernanza de la Inteligencia Artificial: de solucionar los problemas a diagnosticarlos. La evidencia creciente de los múltiples riesgos y perjuicios que comportan los sistemas de toma de decisiones mediante algoritmos han urgido la cuestión de la gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA).
[2] Los bot de charla o bot conversacional, son aplicaciones software que surgen en los años 60, y que simulan mantener una conversación con una persona al proveer respuestas automáticas, las cuales son previamente establecidas por un conjunto de expertos a entradas realizadas por el usuario.
[3] OpenAI es una compañía de investigación de inteligencia artificial, que se anuncia sin fines de lucro, y que tiene como objetivo promover y desarrollar inteligencia artificial Los dos co-directores del proyecto son: Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX. Sam Altman, presidente del startup acelerador y Combinator.
[4] https://www.state.gov/declaration-of-the-summit-for-democracy-2023/