La mezquindad de los opulentos
Por Yezid García Abello
La noticia económica de la primera semana de noviembre es, sin lugar a dudas, el anuncio de la Bolsa de Valores de Colombia – BVC- de que el índice MSC Colcap (1) ha crecido 46,7% en los primeros diez meses del año, de 1.379,0 unidades a 2.035,82 unidades, lo que implica una valoración de las acciones de las empresas inscritas en bolsa de la astronómica cifra de 155 billones de pesos y su valor a hoy se sitúa en 487 billones.
A tan satisfactoria noticia para el capital, debe sumarse que según información del diario económico La República, en su edición de agosto 17, las principales mil empresas del país obtuvieron utilidades por 101 billones de pesos. Además, de los quince principales indicadores económicos, trece se registran con crecimiento satisfactorio y solo dos no crecieron. Entre los primeros llama la atención el indicador del crecimiento de las entidades financieras, sus utilidades llegaron a 16 billones en el primer semestre.

También hay buenas noticias económicas para el país en su conjunto. Las remesas de colombianos en el exterior ascendieron hasta septiembre 2024 a 11.848 millones de dólares, 2,3% del PIB; y en julio de 2025, pese a las dificultades y limitaciones de los emigrantes por la agresiva política de Trump hacía ellos, llegaron 1.185 millones, 15% más que en el mismo mes del año anterior. El Banco de la República pronostica que en 2025 las remesas llegarán al 3,0% del PIB. El dólar se mantiene con tendencia a la baja frente al peso, Colombia se ha convertido en un país de moneda fuerte y el Banco Emisor, entre enero y octubre ha obtenido ganancias cercanas a 11 billones de pesos.
El desempleo mantiene su tendencia a disminuir pese al justísimo incremento del salario mínimo de los tres últimos años y el lúgubre vaticinio de los neoliberales sobre su crecimiento. En septiembre fue de 8,2% frente a 9,1% del mismo mes del año anterior. La pobreza, pese a intransigencia de la oposición política de impedir las reformas sociales y, por ende, sus beneficios sobre los sectores más vulnerables de la población, ha disminuido hasta 38,1% la monetaria y a 11,7% la extrema. Las exportaciones en septiembre sumaron 4.621,3 millones de dólares y muestran una variación positiva de 11,1% frente al mismo mes del año anterior. Según datos de la Superintendencia de Sociedades las pequeñas y medianas empresas reportaron en 2024 ingresos de 99,5 billones de pesos y utilidades de 3,23 billones. Y la economía, hecho reconocido hasta por los economistas neoliberales, crece por encima del promedio latinoamericano.

Este halagüeño panorama económico tiene tres consideraciones que lo hacen aún más meritorio. La primera, que ha sido logrado con un gobierno sometido al más implacable y rastrero ataque de todos los sectores políticos, los altos dirigentes de los gremios económicos, los grandes medios de comunicación y la ultraderecha ricachona, que se niegan a aceptar un gobierno comprometido con las reformas y las transformaciones sociales en beneficio de la mayoría de la población, y entre ella, los sectores más vulnerables de la sociedad colombiana. Estos sectores no han escatimado esfuerzos por ambientar un cerco mediático, político y económico, que llegue hasta la dimisión, el juicio político o el golpe de estado contra el presidente Gustavo Petro.
La segunda, la pretensión imperial de Donald Trump de inmiscuirse en los asuntos internos del país, violar con el pretexto del narcotráfico la soberanía nacional, amenazar con incremento de los aranceles y poner trabas en las relaciones comerciales. En el colmo del cinismo y la mentira, calificar de narcotraficante a un presidente que ha dedicado su vida a luchar contra los paramilitares y la mafia. Incluir a Gustavo Petro, a varios miembros de su familia y al ministro del Interior en la lista Clinton, no es solo una agresión contra el gobierno, es una afrenta a la nación entera que merecería, sí la oposición tuviera algo de dignidad, una respuesta generalizada, independiente de la posición política de cada colombiano. La arbitrariedad del orate presidente norteamericano ha costado, hasta ahora, más de 70 muertos, víctimas indefensas del bombardeo de la armada gringa que, sin pruebas, sin encontrar resistencia, sin aviso previo, asesina en aguas internacionales ciudadanos de varios países latinoamericanos.
La tercera consideración tiene que ver con la actitud del Congreso y las Altas Cortes de impedir a toda costa que el gobierno nacional obtenga los recursos necesarios para una ambiciosa inversión social que es el eje clave de su programa y que sus avanzadas propuestas de reformas sociales sean aprobadas por Senado y Cámara. Pese al déficit fiscal, el Congreso negó el año anterior una mini reforma tributaria y ya ha anunciado que hundirá un nuevo proyecto presentado por el gobierno por 16 billones de pesos, necesario para financiar el presupuesto del 2026. La Comisión Séptima del Senado ha engavetado por más de un año el proyecto de reforma a la salud. El presidente de la Corte Constitucional, el magistrado Ibáñez, ha recurrido a todo tipo de maniobras dilatorias para no aprobar la constitucionalidad de la reforma pensional aprobada por el Congreso, sin importarle los intereses de los colombianos, especialmente de tres millones de ancianos de bajos recursos que en muchos casos sufren hambre y defender, en la práctica, la avaricia de los Fondos Privados de Pensiones. El proyecto de ley de la Jurisdicción Agraria, fundamental para cumplir con los acuerdos de paz y avanzar en la reforma agraria, hasta ahora ha dormido “el sueño de los justos”.

Sin embargo, al tiempo que no aprueba el acopio de recursos al gobierno nacional para cumplir sus compromisos y acrecentar la inversión social, la oposición política exige con no disimulada agresividad el pago de subsidios, financiación de obras públicas, desproporcionadas inversiones en los departamentos gobernados por la derecha, pago de las obligaciones con el sector privado, seguridad, regalo de recursos y pago de las deudas a las EPS quebradas e intervenidas y claro, todo lo piden dentro del “más estricto cumplimiento del Marco Fiscal” para impedir el endeudamiento oficial.
La situación amerita una reflexión más. La oposición política se ha equivocado en su perversa táctica de saboteo a los programas oficiales, en aferrarse tercamente a sus privilegios en el tercer país más desigual del mundo y en hacer genuflexiones a las arbitrariedades de Donald Trump contra América latina y Colombia. Cada vez que el presidente Petro convoca a la movilización las muchedumbres responden al llamado con entusiasmo. Las encuestas coinciden en que la aprobación de la gestión gubernamental se mantiene en ascenso, alrededor del 44% en la actualidad. Y el reconocimiento internacional de un líder que representa los intereses de los países pobres y tiene el valor y la dignidad suficiente para no permanecer callado ante los agravios es evidente y creciente. Si todo ello se complementa con una ausencia total de propuestas por parte de la irracional oposición derechista, que solo tiene como denominador común el ataque sistemático a Petro y a sus reformas sociales, las elecciones del año entrante auguran un futuro promisorio para las fuerzas del progreso y la democracia. Colombia sabe que la fotografía de César Gaviria y Álvaro Uribe es la foto del pasaporte al duro pasado y que lo que quieren las mayorías ciudadanas es un porvenir de inclusión y justicia social. Yezid García Abello
Noviembre 8 de 2025.
(1) Morgan Stanley Capital Internacional Colombia Capital