Del face de Yezid García
El Secretario General (e) del PTC, con su acostumbrada agudeza y excelente contenido político comenta los acontecimientos más destacados del transcurrir político nacional, mediante cortos escritos publicados en su Facebook Yezid García Abello y otros en su Twitter @yezidgarciaa. Su lectura, que siempre resultará amena, orientará a los lectores en este laberinto de hechos intrincados y novedosos de la vida colombiana.
Por la redacción.
Por la redacción de La Bagatela
29 de enero
Transcribo este comentario de hoy 29 de enero de nuestra candidata a la alcaldía de Palmira, Teresa Consuelo Cardona Guerrero, que prueba que mientras las EPS tengan a su cargo el control de la pandemia -sin Dios, ni ley, ni Ministerio de Salud-, es imposible bajar contagios, fallecimientos y ocupación de UCI. Y pensar que a estos irresponsables mercaderes de la salud el gobierno de Duque les encargó la vacunación que nadie sabe cuándo comenzará.
"A las 7 de la mañana me llamó la doctora Jaramillo de Comfenalco, a informarme que había salido positiva para covid. El asunto estaría bien, si no fuera porque la prueba la tomaron el día 18 de enero, 7 días después de reportarme con posible covid. Han pasado 21 días, y las llamadas diarias que se comprometieron hacer de la EPS para el seguimiento respectivo, se reducen a 2, incluyendo la de hoy. Le hice ver las fechas y me dijo que entonces ya podía estar tranquila porque ya no iba a transmitir el virus. Y le dije ¿y mi salud, usted qué opina? Guardó silencio unos segundos y dijo que creía que ya era tiempo de estar recuperada. Le pregunté cómo lo sabía si no tenía datos de mi temperatura, mi saturación de oxígeno, si no me había preguntado nada sobre el funcionamiento de mi organismo y si no sabía cómo me sentía. Dijo que es el tiempo del virus, que me tomaría varias semanas volver a ser la de antes. Le pregunté, ¿Ud. sabe cómo era yo antes? Titubeó y me dijo que no tenía datos a mano. Así es como se hace el seguimiento de las EPS a los covid positivos: Sin datos."
28 de enero
Duque y la operación invasora Gedeón
El presidente Duque y su ministro de Defensa se rasgaron las vestiduras proclamando, muy nerviosos, que Colombia no había tenido nada que ver con la fracasada invasión a Venezuela de mayo del año pasado, la llamada Operación Gedeón, que cobró la vida de una veintena de mercenarios. Pero las evidencias estaban allí. Las lanchas con los mercenarios salieron de territorio colombiano, los contratos se pactaron en reuniones en Bogotá y el conocido general venezolano retirado Clever Alcalá, jefe de la operación, por varios años fue un consentido del uribismo y el gobierno nacional. En pleno pico de la pandemia movía libremente y sin obstáculos armas hacia La Guájira, hasta que en una casual requisa le decomisaron un pequeño cargamento y a él lo dejaron libre.
Pero ya los conspiradores, amigos del títere Guaidó, comenzaron a cantar como ruiseñores. Jacsy Alexandra Álvarez Mirabal, detenida en Barranquilla y trasladada a Bogotá, considerada cerebro de la invasión, afirmó ayer en entrevista para el Noticiero de Caracol que todas sus actividades eran conocidas y respaldadas por la Agencia de Inteligencia Nacional de Colombia, la misma que se inventó el cuento de los espías rusos y de la conspiración cubana contra nuestro país.
Esta no es la primera vez que Colombia se ve involucrada en la planeación y fallida ejecución de la ‘Operación Gedeón’. El 21 de mayo de 2020, justo 18 días después de que fallara el ataque, el país fue señalado de participar en la misión por los embajadores ante la ONU de Venezuela y Rusia, Samuel Moncada y Dmitry Polyanskiy, respectivamente.
“Esos Gobiernos (Estados Unidos (Trump) y Colombia) violan sus obligaciones en virtud de los tratados bilaterales existentes sobre asistencia judicial recíproca en materia penal. El Gobierno de Estados Unidos y sus aliados están creando un espacio sin ley en las relaciones internacionales”, aseguró Moncada durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que se debatió la ‘Operación Gedeón’. Colombia espera las explicaciones de Duque y, ojalá, sin errores de conjugación verbal
23 de enero
Lamentablemente hoy Colombia supera los dos millones de contagios con Covid 19 y los 50.000 fallecimientos por la misma causa. Es hora de hacer un alto en el camino y reflexionar, sin propaganda oficial y sin la presión de los grandes medios, si el gobierno de Duque ha conducido bien el país en estas circunstancias. Medidas de confinamiento decretadas a regañadientes por el ejemplo de mandatarios locales, negativa rotunda a la renta básica, generosidad con el sector financiero y tacañería frente a las necesarias inversiones en salud y personal hospitalario, clientelismo y corrupción con los dineros destinados a enfrentar la pandemia, levantamiento apresurado e imprudente de la cuarentena, impulso a los días sin IVA, violación a los derechos de los trabajadores y negativa a subsidios a la mypes, y para completar, total retraso e irresponsabilidad para adquirir a tiempo las vacunas que salvarían la vida de miles de compatriotas.
Colombia tiene programa diario de televisión para que el presidente Duque y el uribismo hagan política pero es el país número 11 en el mundo en contagios y muertes. 70 países del orbe y 8 de Latinoamérica ya comenzaron la vacunación, se han puesto 62 millones de vacunas en el planeta, y nadie, nadie, da razón cierta cuando se vacunará al fin el primer colombiano. Entre tanto, el recreacionista obeso visita a los pobres estrenando cuatrimoto.
23 de enero
Como bien lo dice Patricia Lara en su columna de El Espectador, si el embajador de Colombia en EE. UU., Pacho Santos, hubiera dedicado sus energías y sus relaciones a negociar con las farmacéuticas que producen las vacunas contra el covid-19, desde principios del año se estaría vacunando en Colombia como ya se ha hecho en México, Costa Rica, Chile, Brasil, Argentina y Ecuador.
Pero no fue así. Se dedicó, por orden de Uribe y Duque, a respaldar en todos los organismos internacionales las barbaridades de Trump, a pasear llevando de la mano al títere Guaidó y promover una acción armada contra Venezuela, a empujar al gobierno gringo para que declarara a Cuba como país patrocinador del terrorismo, a participar irregularmente en la campaña presidencial de los EE. UU.
Ahora, como dice Patricia, a Duque sólo le queda pedir cacao y lambonear; a Pacho Santos, renunciar en el término de la distancia.
17 de enero
La columna de Camilo Alberto Enciso, director del Instituto Anticorrupción, titulada "La vacuna del delfín" y publicada hoy en el portal "Los Danieles", confirma el hedor que sale de los turbios y corruptos manejos del gobierno nacional de los temas relacionados con la pandemia. A Miguel Uribe Turbay, discípulo de Enrique Peñalosa y flamante candidato uribista a la alcaldía de Bogotá, derrotado estruendosamente por los resultados electorales, se le otorgó por el presidente Duque como premio de consolación la gerencia y el manejo de la Subcuenta Covid de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) del gobierno nacional. Allí fueron nombrados, con altísimos sueldos, los amigos políticos y los exfuncionarios de Miguel Uribe, entre ellos la gerente general Adriana Lucía Jiménez y el general en retiro Gustavo Rincón, quien funge como asesor jurídico. Este militar retirado ha sido un enemigo del proceso, los acuerdos de paz y la JEP, incluso cuando ya había sido nombrado en este cargo. Pegado a la nómina oficial trina frecuentemente, en los peores términos, contra la alcaldesa Claudia López y el senador Gustavo Petro y. evidentemente, por sus escritos se concluye que no es una persona apta para las responsabilidades de ese cargo.
Duque, ¿por qué no explicas en uno de tus programas televisivos diarios la razón para entregar el manejo de esta importante subcuenta -que es la que cancelará a las farmacéuticas el valor de las vacunas que compre Colombia-, al grupo político uribista encabezado por Miguel Uribe Turbay?
17 de enero
Francisco Javier Vera: "Puño alzado y cara sonriente"
El gobierno de Duque hace y hace compromisos sobre el tema ambiental que evidentemente no va a cumplir. O porque no tienen ni él, ni el Centro Democrático, la voluntad política de hacerlo, o porque no creen en la gravedad del problema para Colombia y la humanidad, o porque no destinan los recursos adecuados para ejecutar las políticas anunciadas. Así ha sucedido con la supuesta siembra de 180 millones de árboles, la ratificación del Tratado de Escazú, la protección de la vida de los ambientalistas, o la ampliación de los parques nacionales naturales (PNN). Es una vergüenza internacional para Colombia haberse convertido no sólo en uno de los países con mayor desigualdad del planeta, sino el más peligroso para la vida de líderes sociales, dirigentes sindicales y comprometidos ambientalistas.
Que estas líneas constituyan un homenaje póstumo a la vida y la obra de Gonzalo Cardona Molina y un contundente rechazo frente a las amenazas de muerte sufridas por el niño ambientalista de Cundinamarca Francisco Javier Vera, de escasos once años de edad.
Cardona, líder y defensor ambiental en la Reserva ProAves Loros Andinos, fue asesinado en los primeros días de 2021. Se dedicó a proteger el loro orejiamarillo en esa reserva situada en los municipios de Roncesvalles en el Tolima y Génova en el Quindío. Esta especie, amenazada de extinción desde los noventa, se salvó por la dedicación y el trabajo de Gonzalo.
Y las amenazas a un niño defensor del medio ambiente por un comentario en el cual solicitaba al gobierno nacional conectividad para todos los territorios, con el fin de que los niños del campo pudiesen recibir sus clases en medio de la pandemia, son un hecho inaudito, bárbaro, que requiere la condena de todos los colombianos, incluido el presidente Duque. Nuestra solidaridad con Francisco Javier y la exigencia a las autoridades de esclarecer en el menor tiempo los responsables de estas amenazas. Y, además, nos unimos a la respuesta valiente y erguida del niño ante la agresión: "Puño alzado y cara sonriente".
11 de enero
La cruda realidad del incremento del mínimo
Se le llenaba la boca a Duque y al ministro de Trabajo anunciando el unilateral aumento del salario mínimo de 3,5% y reivindicando que el poder de compra de los colombianos había subido muy por encima de la inflación de 2020, que seguramente estaría por debajo de 1,5%. La inflación, según el Dane, llegó a 1,61% el año anterior.
Pero lo que el gobierno sibilinamente pretende que pase "de agache" es el hecho que la inflación para los pobres y los vulnerables es radicalmente distinta y mayor: 2,27% y 2,08% respectivamente. Por consiguiente, lo que decretó Duque sólo significa un incremento del salario mínimo de 1,23% para los pobres y 1,42% para los vulnerables. Similar situación viven los pensionados a quienes sólo se incrementaran sus escuálidas mesadas en 1,6%.
Estos miserables aumentos del mínimo representan al mes $10.797 y diariamente $360 para los pobres, al mes $12.464 y diariamente $415 para los vulnerables, al mes $14.045 y diariamente $468 para los pensionados.
Pensar que los neoliberales, entre ellos el ministro de Hacienda y el Consejo Gremial dicen que el salario mínimo es "muy alto" en Colombia y es responsable del crecimiento del desempleo, ignorando a propósito todas las leyes de la economía y la necesidad de incrementar la capacidad de compra de los trabajadores para poder reactivar la economía en crisis.
Como dijo el director operativo del grupo de empresas Tecnoglass, Christian Daes, ¡mandan huevo con esos aumentos salariales!
7 de enero
Y se reclaman respetuosos de la democracia
En EE. UU., un orate multimillonario que dice que el cambio climático no existe y cree en la supremacía blanca no acepta que perdió las elecciones, acusa a sus contendores y a los organismos electorales de hacer fraude, anuncia que no se irá de la Casa Blanca, llama a las hordas derechistas a marchar armadas para tomarse violentamente el Capitolio Nacional, asalta el edificio, causa un muerto y decenas de heridos, sabotea la sesión del Congreso que debía ratificar el triunfo electoral de Biden. Y se reclama respetuoso de la democracia.
En Colombia, el expresidente Uribe y el subpresidente Duque, que nunca han negado que Trump es su guía ideológico y político internacional, proceden a saco contra la separación de poderes, las libertades públicas, se toman todos los organismos de control, se proclaman intocables ante la justicia, en su gobierno crecen las cifras de líderes sociales asesinados, de reincorporados y firmantes de los acuerdos de paz muertos, de indígenas y campesinos desplazados, de actos comprobados de escandalosa corrupción. Aplican a raja tabla las tesis neoliberales en lo económico y social e intervienen arbitrariamente en los asuntos internos de otros países. Y se reclaman respetuosos de la democracia.
Farsantes, no son demócratas, no creen en el Estado de derecho, les importa un bledo la pobreza, el desempleo y la desigualdad. No tienen escrúpulos para tratar de mantenerse en el poder. Hay que llamarlos por su nombre: fascistas. Son estas corrientes políticas de extrema derecha quienes polarizan una sociedad. Y es legítimo y justo, desde el otro polo, democrático, avanzado, progresista, ambientalista, derrotarlos y, para bien de los pueblos, arrebatarles el poder. Procedamos en consecuencia, sin vetos, ni exclusiones, ni peleas fratricidas e innecesarias.