La detención de Marcelo Torres: Crónica de una injusticia testimoniada por el país
Miguel Ángel Delgado Rivera
Miembro del Consejo de Redacción de La Bagatela
Cuando el 30 de octubre de 2011 Marcelo Torres, con más de 25 mil votos, ganó las elecciones para la alcaldía de Magangué, era consciente de los peligros que debería enfrentar en el ejercicio de administrar su natal municipio, sumido durante casi dos décadas de dominio político de Enilce López, La Gata, empresaria que acaparó el juego del chance en la Costa Caribe, vinculada al paramilitarismo y ferviente partidaria y financiadora de Álvaro Uribe.
No son pocas las manifestaciones e imágenes de simpatía de La Gata con el uribismo. Enilce López apoyó y financió las campañas de Álvaro Uribe. En el 2002 a través de su empresa Uniapuestas aportó 100 millones de pesos a esta campaña, tenida como una de las muchas pruebas de la vinculación paramilitar con las campañas y los gobiernos de Uribe.
Marcelo Torres recibió el gobierno municipal de Magangué sin acta de empalme y sumido en el más deplorable estado financiero y administrativo. Inmerso en la ley de quiebra, endeudado y con el más bajo presupuesto imaginable. Era un caos. Un campo minado de corrupción, politiquería, represión, sumisión, miedo y silencio. La situación social del municipio no podía ser más lamentable. Desempleo, informalidad, carencia de servicios públicos esenciales, miseria, desnutrición infantil, baja calidad y cobertura educativa, privación del servicio de salud y sin vías de comunicación. Ignominia para los más de doscientos mil habitantes de sus 57 barrios y 45 corregimientos.
Luego de cuatro años de ingentes esfuerzos políticos, administrativos, fiscales y de inversión social, Marcelo Torres, como alcalde de Magangué, cambió de verdad verdad la faz del municipio. Restauró la democracia, la libertad de opinión y la protesta social. Modernizó la administración pública, el catastro, la digitalización de archivos, implemento el control interno y la rendición de cuentas. Saneó las finanzas públicas, reduciendo la deuda y aumentando los recaudos en más de un 50%. Construyó y pavimentó vías principales y secundarias. Puso en marcha la atención en salud. Elevó la calidad de la educación a niveles muy altos que permitieron ocupar lugares destacados en las pruebas de matemáticas y comprensión de lectura en el concierto nacional. La construcción y el comercio se reactivaron. Construyó acueductos veredales de aguas subterráneas. En una frase: redujo la pobreza con educación, agua potable y atención social a los sectores marginados.
Durante los cuatro años de su administración tuvo que soportar cuatro cercos que los antiguos detentadores del gobierno municipal articularon, en su juramento de ver fracasar su administración: el cerco político desde el concejo de Magangué, el cerco jurídico desde todos los organismos de investigación, control fiscal y administrativo regidos por aliados del clan político de la “Gata”, el cerco mediático desde los medios municipales y departamentales manipulados por la oposición y finalmente el cerco de miedo.
Ningún proyecto o iniciativa contó con la facilitación del concejo municipal, debates, obstrucciones, cambios, condicionamientos o rechazos fueron la contaste. Una hueste de abogados al servicio de Enilce López instauró demanda tras demanda en los órganos de control para estorbar a la administración y copar la atención y tiempo del alcalde. Desde los pocos medios de comunicación se publicaba de manera constante especies, rumores, mentiras y desinformación. Al principio fueron anónimos amenazantes, luego dos atentados contra la residencia de Marcelo y su familia, disparos, conatos de incendio y cortes de luz eléctrica, para terminar con una asonada dirigida por gregarios de La Gata contra el edifico de la alcaldía.
Nada de esto logró doblegar la marcha de la administración, ni impidió realizar las obras que pusieron en marcha el progreso social y económico del municipio. El cuatrenio fue valorado positivamente por las gentes relegadas de Magangué que recibieron los beneficios de su administración y por instituciones como Colombia Líder que destacó a Marcelo Torres entre los mejores cinco alcaldes de municipios de entre 100.000 y 500.000 habitantes.
Álvaro Uribe con la "Señora", en una foto que preside la casa principal de Enilce López.
Sin embargo, como escribe Arturo Villareal Echona, “tratándose de un pueblo con la conciencia enrarecida por el código de conducta de una matrona política… había acostumbrado el corazón de la gente al servilismo, la tramposería y el contentillo de las obras de caridad.” el sucesor de Marcelo Torres en la alcaldía fue apoyado por La Gata y por la maquinaria del partido Cambio Radical en la Costa Caribe. Marcelo cumpliendo con la ley realizó el debido empalme y entrega de la administración mediante actas firmadas.
Esta circunstancia unida al renovado juramento de hacer pagar la osadía al alcalde que puso en primer lugar la paz, la convivencia y el progreso social y económico de Magangué, antes que la corrupción, el pillaje y la muerte, pusieron a Marcelo a afrontar más de 100 demandas de carácter penal y administrativo, en un record insólito en la vida de este saqueado municipio y del país mismo. La cárcel fue el designio que, entre funcionarios, exfuncionarios, políticos, y empresarios de dudosa procedencia, todos adictos al clan gatuno, cual concierto de venganza, “prometieron” para el exmandatario local.
La primera fue una demanda por la remodelación del coliseo de boxeo, en la que se demostró que hubo falsificación de la firma del secretario de Planeación, y por lo cual un juez de garantías de Bogotá, no halló mérito alguno para privar al acalde de su libertad. Valga la pena resaltar que, al inicio de su mandato, Marcelo instauró demanda por la falsificación de su firma en un proceso con la entidad privada prestadora del servicio de acueducto.
Valiéndose de un informe mentiroso, realizado por la actual alcaldía de Magangué, sobre la no existencia de documento alguno de un contrato de regalías para nutrición de 310 niños y 170 madres gestantes, la Fiscalía de Magangué a instancias de la denuncia presentada por el concejal Fejed Alí Escobar, primo del actual alcalde Pedro Alí Alí, instaura otra demanda contra Marcelo Torres.
El pasado 3 de octubre un investigador de la Fiscalía General, en Bogotá, cita a Marcelo Torres para recibir declaración acerca de su denuncia, de años atrás, sobre la falsificación de su firma. Cuando este se presenta a atender la diligencia es notificado de una orden de captura expedida por el juez de San Juan Nepomuceno (Bolívar). En medio del paro de pilotos de Avianca y en vuelo comercial es llevado a las volandas y privado de la asistencia de sus abogados a Magangué, donde le imputan cargos y un juez de Penas dicta su detención intramural. Gracias a las primeras y fuertes voces de protesta provenientes de la militancia del su partido, el PTC, y de la senadora Claudia López, que en memorable debate con el fiscal general denunció la arbitraria detención, Marcelo Torres fue trasladado a la cárcel Picota de Bogotá, pues como él lo manifestó en declaraciones en el aeropuerto El Dorado su vida corría grave peligro de ser recluido en esa ciudad.
Marcelo Torres hace parte de la historia política colombiana del último medio siglo, reconocido ampliamente por el país. Dirigente estudiantil de la formidable protesta de la juventud universitaria en la década del 70. Candidato presidencial en los años 80. Senador de la república en 1996. Estudiante de derecho y sociología. Sucesor de Francisco Mosquera en la dirección del Partido del Trabajo de Colombia. Luchador incansable por la democracia y la soberanía nacional. Opositor a la utilización de la violencia y las armas como herramienta de la lucha política. Partidario y defensor del proceso y la implementación de los acuerdos de paz. Pensador y escritor revolucionario de toda su vida.
Por estas calidades y condiciones Marcelo se ha relacionado con el mundo político, económico, sindical y empresarial de Colombia. Su pensamiento ha sido compartido o combatido por los principales líderes de la nación. Sus condiciones de vida y calidad humana han estado al escrutinio público permanente. Ausente del sistema bancario y financiero, solo ha recibido salarios en sus dos ocasiones como servidor público. A parte de esto ha sido un profesional de la política y de la revolución “ayudado” por su partido. Nunca ha sido juzgado ni sentenciado por delito alguno, ni siquiera por una multa de tránsito. Sin hacienda y sin activos. De vida abnegada y sencilla. De inteligencia aguda, cultura extensa, pleno de honor y de humor. Y para los que lo conocen de toda su vida: honrado, franco y gran amigo.
Por eso Marcelo víctima de la venganza, la conspiración y la deslealtad ha recibido una excepcional solidaridad de miles de colombianos de todas las vertientes políticas y sociales, a través de las redes sociales, de mensajes, de firmas, de artículos periodísticos, de respaldos y de editoriales que claman por su vida y seguridad, por las garantías procesales y el traslado del caso a Bogotá:
“Un nutrido grupo de abogados y conceptos médicos cuestionados por el propio director del Instituto de Medicina Legal, la única autoridad legalmente habilitada para dar esos dictámenes, pero con acceso restringido a la reclusa, le han valido a La Gata para salvarse de la prisión.
Paradójicamente, mientras esto sucede, Marcelo Torres, el hombre que se atrevió a retar el poder de La Gata y su clan en Magangué, está en una celda de la cárcel La Picota señalado de supuestos actos de corrupción durante su alcaldía. Su defensa y sus allegados han pedido el traslado del proceso a Bogotá, alegando que el caso se adelanta en una región donde el poder de Enilce López no parece haber menguado.” (Editorial del diario El Tiempo del 14 de octubre 2017).
Candidatos presidenciales: Claudia López (Alianza Verde), Gustavo Petro (Colombia Humana), Clara López (Todos Somos Colombia).
Senadores: Antonio Navarro (Alianza Verde), Jorge Iván Ospina (Alianza Verde), Jorge Prieto (Alianza Verde), Iván Cepeda Castro (Polo), Alexander López Maya (Polo), Roy Barreras (Partido de la U), Armando Benedetti (Partido de la U), Horacio Serpa (Partido Liberal).
Representantes a la Cámara: Inti Asprilla (Alianza Verde), Ángela María Robledo (Alianza Verde), Angélica Lozano (Alianza Verde), Óscar Ospino (Alianza Verde), Alirio Uribe (Polo), Fabio Arroyave (Partido Liberal).
Gobernadores: Camilo Romero de Nariño (Alianza Verde).
Concejales de Bogotá: Antonio Sanguino (Alianza Verde) Holman Morris (Progresismo), Celio Nieves Herrera (Polo), Álvaro Argote (Polo).
Escritores y periodistas: Daniel Coronell, Gustavo Bolívar. Patricia Lara. Cristina de la Torre, Ángel Galeano,
Dirigentes políticos y personalidades: Jaime Caycedo, María Fernanda Rojas, Gloria Flórez, Luis Carlos Avellaneda, Carlos Bula, Catherine Castellanos, Jorge Rojas,
Respaldado además 1.500 colombianos que a través de la página Web changeorg (la plataforma del mundo para el cambio social) firmaron una carta al presidente de la República y al fiscal general, exigiendo garantías de seguridad y debido proceso.