Defendamos a EPM de los intereses privados empresariales
Muy bien la decisión del alcalde de Medellín de sacar al GEA de la propiedad de la empresa, porque eso era, un grupo privado apropiado de una empresa pública, que es de todos los medellinenses. Hasta 1994, siempre brilló EPM por su organización, calidad y profesionalismo. Es en este año que parece que el señor Sergio Fajardo introduce al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) en la EPM, digamos que le entrega la empresa a este grupo.
Por Diego Otero Prada
Exviceministro de Minas y Energía
Empresas Públicas de Medellín (EPM) siempre ha sido una gran empresa desde que se creó. Yo la conozco muy bien porque estuve en el sector eléctrico desde 1963 hasta el año 2000, muy involucrado directamente como funcionario o como dirigente gremial. Fui funcionario de la Empresa de Energía de Bogotá, gerente del Instituto Colombiano de Energía Eléctrica (ICEL), jefe de la Unidad de Infraestructura y Subjefe del Departamento Nacional de Planeación, viceministro de Minas y Energía, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y de Ramas Afines (Aciem), miembro de cerca de 30 juntas directivas de empresas del sector eléctrico, investigador y en proceso de terminar una historia del sector eléctrico colombiano.
Hasta 1994, siempre brilló EPM por su organización, calidad y profesionalismo. Es en este año que parece que el señor Sergio Fajardo introduce al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) en la EPM, digamos que le entrega la empresa a este grupo. Con razón se dice que el señor Fajardo representa los intereses de este grupo empresarial.
Me parece muy bien la decisión del alcalde de Medellín de sacar al GEA de la propiedad de la empresa, porque eso era, un grupo privado apropiado de una empresa pública, que es de todos los medellinenses. ¿En donde está en los estatutos que diga que EPM debe ser de un grupo privado?
Es una mezcla muy peligrosa, esto de que las empresas públicas, o que lo público en general, sean dominio de grupos empresariales que defienden sus propios intereses. Las juntas directivas de las empresas públicas deben estar integradas por personas que sientan lo público, que no tengan intereses privados y que sean preparadas en las diversas ramas del saber. Esto se aplica a todas las empresas, y en particular, hago énfasis, en las de Bogotá, que no deben entregarse a personajes que representen intereses privados o que provengan de estos grupos.
Decía, que EPM siempre fue brillante antes de que entrara el GEA. Defiendo al alcalde Daniel Quintero y a Álvaro Guillermo Rendón, actual gerente de EPM. Hay que rodearlos contra la embestida de estos intereses privados dudosos, de los ataques del presidente de la Andi, de los editoriales peligrosos de El Tiempo y El Espectador, es decir, del poder dominante, cuyas varias fracciones se unen en este momento, independientemente de sus intereses particulares e ideológicos, para defender intereses privados. Es como si la junta directiva de la EEEB se la entregáramos al grupo de Luis Carlos Angulo Sarmiento. Ninguna empresa pública tiene dueño, ninguna empresa pública puede ser tampoco manejada por los políticos corruptos y clientelistas.
Defendamos lo público de los intereses groseros privados, con mayor razón, como se ha visto en esta pandemia, el papel nefasto de una salud privatizada y de una salud publica hecha pedazos.
Este es uno de los cambios que necesitamos para construir un nuevo país, fortalecer lo público, pero ajeno a los intereses privados de los grupos monopólicos. y de los partidos políticos clientelistas y corruptos.
Bogotá, 18 de agosto de 2020