Duque debe una explicación sobre la fallida Operación Gedeón
La DNI es un Departamento Administrativo de la Presidencia de la República que le reporta, exclusivamente, al presidente. Y Duque, en todos los escenarios, ha negado la participación del gobierno colombiano en la fracasada “invasión”. Evidentemente, alguien miente. Y, por ello, afirmo que Duque le debe una explicación al país y a América Latina sobre la fallida Operación Gedeón.
Por Yezid García Abello
Secretario General (e) del PTC
La noche del primero de mayo de 2020 zarparon de La Guajira hacia la costa venezolana dos lanchas con un poco más de treinta hombres armados al mando de dos exmarines norteamericanos, que trabajaban en la empresa de seguridad norteamericana Silvercorp, cuyo propietario Jordan Gaudreu, veterano de las invasiones a Irak y Afganistan, era conjuntamente con el exgeneral venezolano Clíver Alcalá, los responsables de esa expedición que tenía como objetivo derrocar por las armas el régimen de Nicolás Maduro.
En abril del mismo año, pocos días antes de la “invasión”, Donald Trump decretó un feroz bloqueo económico sobre Venezuela, ofreció recompensas por la captura de los principales funcionarios del gobierno y envió naves de guerra a rodear la costa venezolana. Todas estas medidas con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico.
Como era previsible, la suicida aventura militar terminó en un estruendoso fracaso. La Guardia Nacional venezolana enfrentó a los mercenarios y en combate murieron ocho de ellos y fueron capturados trece, entre ellos, los dos exmarines norteamericanos. El 6 de mayo el presidente Maduro en una rueda de prensa en Caracas ante el cuerpo consular y la prensa internacional, destapó que los mercenarios habían sido entrenados en La Guajira con el respaldo y la financiación de un jefe mafioso colombiano apodado “La Silla”, que existía un contrato con Jordan Gaudreau y su empresa Silvercorp firmado por Juán Guaidó con la asesoría del oscuro J.J. Rendón, que incluía una prima de éxito de 213 millones de dólares, que el plan se había fraguado en lujosos hoteles de Bogotá, que el gobierno de Colombia estaba enterado de todo y que el asunto sería llevado por Venezuela a consideración de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.
El presidente Duque, en apariencia muy ofendido, negó todo. Y afirmó que “los señalamientos sobre la vinculación de Colombia en el complot eran una manera de distracción de los problemas internos de Venezuela”. Los áulicos de la gran prensa afín al uribismo rodearon a Duque en su indignación, e incluso cuestionaron la respuesta militar a la aventura invasora y clamaron por garantías para los mercenarios detenidos.
Maduro cumplió con su aseveración de elevar la denuncia ante la ONU. El 21 de mayo, 18 días después del fallido ataque, los gobiernos de Trump y Duque fueron señalados de participar en la Operación Gedeón por los embajadores de Venezuela y Rusia, Samuel Moncada y Dimitry Polianski, respectivamente. “Esos gobiernos violan sus obligaciones en virtud de los tratados bilaterales existentes sobre asistencia judicial recíproca en materia penal. El gobierno de Estados Unidos y sus aliados están creando un espacio sin ley en las relaciones internacionales”, aseguró Moncada en sesión del Consejo de Seguridad.
En Colombia, sospechosamente, no se volvió a hablar del asunto y Duque, por mil conductos, ratificó su respaldo al títere Juán Guaidó, a quien exoneró de cualquier culpa en la fracasada expedición y se dedicó a ser, en América Latina, caja de resonancia de las barbaridades de Trump y activista camuflado de la campaña presidencial reeleccionista.
Por su parte, uno de los cabecillas de la Operación Gedeón, el general retirado Clíver Alcalá, gracias a sus contactos con la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia (DNI), y con su mediación, se entregó al gobierno norteamericano y fue llevado a Estados Unidos donde su rastro está perdido. Es claro que la DNI mantenía cercanos lazos con Clíver Alcalá y éste le tenía tal confianza que sólo con su mediación se entregó a la DEA. Esta entrega se realizó después del fracaso de la “invasión”.
El 27 de enero de 2021, sorpresivamente, los conspiradores amigos de Guaidó comenzaron a cantar como ruiseñores. Jacsy Alexandra Álvarez Mirabal, ingeniera venezolana detenida en una confusa emboscada de la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia (DNI), afirmó, en entrevista para el noticiero de Caracol TV, que todas sus actividades eran conocidas y respaldadas por la agencia mencionada, la misma oficina de inteligencia que se inventó el cuento de los espías rusos y de la “conspiración cubana contra nuestro país”. Según la ingeniera Álvarez, considerada uno de los cerebros de la “invasión”, fue detenida en una trampa montada por un agente de la DNI que se le presentaba con el nombre de Franklin Sánchez, quien fungía como su amigo y contacto con el gobierno colombiano. Dijo que cuando fue arrestada cumplía una cita a Sánchez donde supuestamente le darían instrucciones sobre su seguridad. “Sabían todo”, afirmó en su declaración.
Pero allí no ha acabado la historia. El pasado 15 de marzo, la prensa informó de un preacuerdo firmado entre la Fiscalía colombiana y tres exmilitares venezolanos, capturados en Colombia, quienes aceptaron su culpabilidad por la participación en las distintas fases de la Operación Gedeón, desde la planeación en Bogotá, el entrenamiento en La Guajira, hasta la “invasión” propiamente dicha. Responden a los nombres de Ryder Alexander Russo Márquez alias Teniente Pico, Juvenal Sequea Torres y José Sequea, quienes aceptaron pagar seis años de cárcel.
De este recuento se desprende que la DNI de Colombia, dirigida hoy por el vicealmirante retirado Rodolfo Enrique Amaya, mantenía relaciones con el narcotraficante Alcalá, quien vivió dos años en Barranquilla a la luz pública, que las relaciones eran tan estrechas que Alcalá sólo se entregó a la DEA con la intermediación de la DNI, que mantuvo los contactos con la ingeniera Jacsy Álvarez hasta que ella se les convirtió en un problema para poder negar su conocimiento anticipado de la Operación Gedeón. La DNI es un Departamento Administrativo de la Presidencia de la República que le reporta, exclusivamente, al presidente. Y Duque, en todos los escenarios, ha negado la participación del gobierno colombiano en la fracasada “invasión”. Evidentemente, alguien miente. Y, por ello, afirmo que Duque le debe una explicación al país y a América Latina sobre la fallida Operación Gedeón.
Bogotá D.C., 17 de marzo de 2021