¡FUERA TRUMP DE SIRIA Y DEL MEDIO ORIENTE!
A escasos tres meses de su controvertida llegada al poder, Donald Trump lanza un ataque contra Siria con 60 misiles, retornando así los períodos de mayor agresividad del Imperio. En este caso, el pretexto es la utilización de armas químicas, supuestamente por parte del régimen de Bashar Al Assad. No esperó el resultado de la investigación que adelanta la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), comisionada por la ONU, ni menos aún, la decisión del Consejo de Seguridad, que se reúne hoy por iniciativa de Bolivia, miembro no permanente.
Por supuesto que el derecho internacional y la opinión democrática del mundo rechazan y repudian la utilización de las armas químicas contra la población civil, venga de donde viniere. Sin embargo, llama la atención que la sindicación al régimen proviene precisamente de Estados Unidos, el país que más ha utilizado armas químicas en su historia (recordemos Indochina) y el único que ha utilizado la bomba atómica contra la población inerme. El mismo que en 2003 invadió a Irak, también de manera unilateral y desconociendo al Consejo de Seguridad de la ONU, con el argumento de que el régimen de Hussein tenía armas de destrucción masiva. Tiempo después, su principal aliado de ese entonces, Tony Blair, tuvo que reconocer que todo había sido un montaje de los dos gobiernos aliados. Como consecuencia de dicha invasión, han muerto alrededor de un millón de personas en la región, al tiempo que se produjo la radicalización de las fuerzas extremistas musulmanas, representadas en el Estado Islámico. Y los responsables de la mentira y la invasión no tuvieron sanción alguna.
Precisamente este año se cumple el primer centenario del Acuerdo de Sykes Picot, suscrito entre los poderes coloniales de entonces, Inglaterra y Francia, con el auspicio de Estados Unidos, para reconfigurar el Medio Oriente y repartirlo entre ellos. El conflicto de más de seis años de Siria, como la gran mayoría de los conflictos de esta región durante el último siglo, ha sido causado por la voracidad de Estados Unidos y de sus aliados, ansiosos por controlar el petróleo y demás recursos y por imponer sus banderas en la estratégica región. El incremento exagerado del gasto militar que acaba de anunciar Donald Trump va en línea con la decisión de incursionar unilateralmente en Siria. Son ellos los que han impulsado en este sufrido país una guerra de intervención, mediante una oposición de tropas mercenarias, que ha producido millones de víctimas y de refugiados, hoy repudiados por la fuerza fascista que se consolida en la Casa Blanca y avanza en los países europeos y en el mundo entero.
Los pueblos y países democráticos del mundo rechazan la intervención de Estados Unidos en Siria y claman por el respeto a la soberanía y autodeterminación nacional y la legalidad internacional en el mundo entero, en contra de las fuerzas imperiales.
Partido de Trabajo de Colombia
Yezid García
Secretario (e)
Bogotá DC, abril 7 de 2017