Ni una más, ni una menos
La sociedad ha normalizado la violencia contra las mujeres por lo cual las cifras sobre las diversas formas de agresión contra ellas han venido en aumento. De todos modos, los datos están subvalorados pues la revictimización que usualmente sufren las mujeres cuando ponen las denuncias hace que muchas eviten acudir a las instancias judiciales.
Por Yulieth Johana González Ruge
Mujeres violentadas, es el pan de cada día en Colombia, una sociedad machista que normaliza los diferentes tipos de violencia y unas instituciones que perdieron la credibilidad y rara vez se denuncia porque los perpetradores quedan impunes y las víctimas permanecen en silencio, estigmatizadas y avergonzadas.
Históricamente Colombia tiene mucha sangre derramada por el conflicto y la violencia, las cifras son grandes, pero no completas. Sin embargo, en derechos humanos la violencia más cobarde es en contra de la mujer, y es que la vida es dura y lo es más por el hecho de ser mujer, pues las mujeres nacen a enfrentar a una sociedad que impone roles de genero generando discriminación y diferentes tipos de violencias.
La violencia contra la mujer no conoce fronteras geográficas, ni clases sociales o edades, es una lucha de años, pero en la actualidad ellas mismas comenzaron la campaña "no más minutos de silencio”; al mirar las noticias sobre los feminicidios se miraban frente a un espejo el cual no quieren estar y el silencio no es la solución.
Vivimos en un país donde existen múltiples violencias hacia la mujer y es que si le preguntamos a cualquier mujer si se ha sentido vulnerable y ha sufrido alguna violencia su respuesta es un sí, pero ¿qué es este concepto? Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada".
Hablemos un poco de las últimas cifras, según los informes de Medicina Legal y ONU Mujeres, en el marco conmemorativo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género.
En Medicina Legal se reportó hasta el mes de octubre del 2022, 827 mujeres asesinadas en Colombia, lo que evidencia un aumento de 30 vidas cobradas más que el 2021. Además 477 mujeres decidieron acabar con su vida con un preocupante aumento ya que la cifra de suicidio del año 2021 fue de 394, un aumento del 18,4%. Palabras más, palabras menos, en el periodo comprendido entre enero a octubre del 2022 se reportó un incremento de 113 casos de homicidios; y en lo relacionado con suicidios, 83 casos más que el año anterior.
Pero no es todo. Según la ONU Mujeres más de 30 mil niñas, adolescentes y mujeres, han recibido conductas violentas por parte de parejas sentimentales o personas cercanas a su núcleo familiar y social. El rango de edad más victimizante se encuentran entre los 20 a 29 años.
Volviendo a cifras de Medicina Legal, y en el aspecto de delito sexual, el rango de edad en el que más se presentaron casos en los años 2021 y 2022, fue de 6 a 17 años. Pero centrándonos solo en el 2022, entre los 6 a 11 años fueron abusadas 4.393 menores, mientras que en el rango de 12 a 17, se registraron 9.417 delitos sexuales contra adolescentes.
Y para finalizar con las estadísticas en el marco conmemorativo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, el recuento de ciclo vital de víctimas de abuso, en cuanto a mujeres mayores de edad, entre los 18 a 28 años, se han registrado 2.145 casos y 1.148 en el rango comprendido entre los 29 a 59 años.
Las cifras hablan por sí solas de la violencia sexual y física en contra de la mujer, ¿pero las otras dónde están? Las otras siguen escondidas tal vez porque se ha normalizado la violencia.
Respecto a las demás violencias nos encontramos con que muchas mujeres supuestamente sólo pueden ser amas de casa y no deben ir a trabajar o estudiar y sus parejas son las que tienen el control de sus recursos financieros, ejemplos de violencia económica. Otras que desde que están con sus parejas ya no les permiten pasar el mismo tiempo de calidad con sus familiares, amigos u otras personas de su entorno social, siendo reprimidas y controladas las salidas de horarios y visitas, además de vigilar y someter con quien pueden estar, ejemplos de violencia psicológica, o el que padecen aquellas mujeres que dejan sus gustos en ropa, música y hasta comida, que son privadas de tener un pensamiento diferente porque son criticadas constantemente y les bajan su autoestima, incluso que las ven como competencia y pasan a infravalorar sus capacidades esto último es violencia emocional.
Y no se ha aceptado que la sociedad haga creer a las mujeres que este tipo de situaciones de los hombres a las mujeres son normales por el simple hecho de ser sus parejas. El amor es libertad y estas actitudes son un secuestro a ser ellas mismas.
Las denuncias en su mayoría van en contra de parejas íntimas, sin embargo muchas otras no están bien documentadas, pero vamos a nombrar algunas: tenemos la violencia laboral, la violencia durante el conflicto o la guerra, el tráfico de mujeres, violencia en instituciones educativas y la lista sigue.
Conocemos la realidad, pasemos al problema; el problema está en la sociedad que normaliza actos de violencia, una sociedad machista que evolucionó en muchos aspectos, pero no en entender que los roles de género nunca han estado de moda y que todos son seres humanos, tienen los mismos derechos, deberes y capacidades y que el ser mujer u hombre solo es el sexo asignado al nacer. A esto se suman las instituciones que no ejercen su función de cuidar a la mujer y se quedan en procesos donde no brindan una verdadera protección, las denuncias se quedan en archivos hasta que la mayoría pasa a engrosar las cifras de feminicidios impunes.
Existen vacíos e irregularidades en el propio procedimiento, lo que impide el proceso judicial y la sanción final de los casos. Existen falencias como la falta de realización de pruebas importantes para identificar a los responsables, investigaciones realizadas por autoridades competentes e imparciales, énfasis en la evidencia física, calidad y testimonio de los testigos, baja confiabilidad en las declaraciones de las víctimas, e inadecuado trato hacia ellas y sus seres queridos. La amplia gama de problemas y deficiencias en la investigación de la violencia contra la mujer se refleja en el bajo número de casos procesados y judicializados, lo cual es desproporcionado con el alto número de denuncias recibidas.
La paz total también es cuidar a la mujer, y es una construcción en la sociedad colombiana. Los mecanismos por implementar están en mejorar el alcance, la calidad, la difusión y la utilización de los datos sobre violencia contra las mujeres y las niñas en las políticas y programas basados en la evidencia, fortalecer la capacidad para prevenir, mejorar la respuesta del sector salud, apoyar la elaboración y revisión de las políticas y los planes nacionales de prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Sabemos la problemática, pero también somos parte de la solución, somos parte de cambiar cada día la sociedad y proteger a las mujeres, llevar y ejecutar adecuadamente los debidos procesos, no se puede ser cómplices de los depredadores, pero sí tener la voz para decirle a la mujer maltratada que denuncie, que el silencio no es la solución porque ni una más, ni unas menos.
Bibliografía
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