En Engativá (Bogotá) los jóvenes resisten desde hace más de 60 días
La mayoría de los colectivos que actúan en la localidad de Engativá, dicen no sentirse representados en el Comité de Paro, aunque atienden a sus convocatorias y dicen compartir su petitorio. Arguyen que quieren innovar las formas de protesta y la construcción de liderazgos, privilegiando lo colectivo y la atención de las demandas locales que abarcan a los jóvenes. Buscan crear grupos y parches de artistas, deportistas, ambientalistas, feministas, activistas de derechos humanos etc. donde se vea reflejada una descentralización y permanencia. Algunos otros colectivos, como una parte de la juventud universitaria, sí se sienten representados en el Comité de Paro.
Por Fidel Moreno
Muy temprano, desde las 6.30 a.m. del miércoles 28 de abril, con la juventud a la cabeza, las gentes de Engativá acudieron a la convocatoria del Comité Nacional de Paro y de diversas organizaciones sociales y políticas a movilizarse en defensa de la vida, la democracia y contra la reforma tributaria y el ‘paquetazo’ económico y social del gobierno del subpresidente Duque.
Hasta altas horas de la noche se presentaron movilizaciones en la calle 80 y en la calle 72 (Avenida Chile), que partiendo de Villas de Granada, el puente de Guadua y el Portal 80, avanzaban hacia los puntos de encuentro del Monumento a los Héroes y la Plaza de Bolívar, o recorrían los barrios por las arterias principales de la localidad entonando a gritos las consignas, “a parar para avanzar, viva el Paro Nacional”, junto a otras consignas levantadas desde el movimiento estudiantil de 2018, el 21 de noviembre de 2019 y el 9 de septiembre de 2020, que se manifestaron en contra de la brutalidad policial, el desempleo, el derecho a la salud, el derecho a la educación y la falta de oportunidades para una gran parte de la juventud.
“¿Porqué, porqué nos asesinan? si somos la esperanza de América Latina”. “Ni un minuto de silencio, toda una vida de combate”, coreaba la multitud y recordaba a los líderes sociales, estudiantes, ambientalistas, periodistas, defensores de derechos humanos, desmovilizados y sindicalistas asesinados durante el gobierno del Centro Democrático. Otras arengas se escuchaban en las calles:
“- ¿Quiénes somos?
- ¡Estudiantes!
- ¿Qué queremos?
- ¡Educación!
- ¿Qué nos dan?
- ¡Represión!”
Y el “Duque chao”, se oyó por toda la localidad durante ese día.
En algunos de los días siguientes, hubo cacerolazos en los barrios que fueron impresionantes por su articulación con las marchas internas, evocando los movimientos sociales de noviembre de 2019. El viernes 30 de abril, cuando los jóvenes quisieron manifestarse frente al Centro Comercial Nuestro Bogotá en la Mutis con Cali, se impidió su concentración a través del accionar del Esmad, la Fuerza Disponible, el helicóptero y el dron de la Policía. La protesta se extendió desde la Avenida Mutis hasta la Calle 72, hubo choques allí y en los barrios Villa Luz, San Marcos y La Florida hasta el final de la tarde, cuando los jóvenes fueron dispersados con aturdidoras y gases lacrimógenos, dejando un saldo desconocido de detenidos y heridos.
El sábado primero de mayo, hubo marchas hacia el Monumento de los Héroes durante todo el día por la calle 80. El martes 4 de mayo, cuando los manifestantes protestaban contra la brutalidad policial en el país frente a los CAI, se presentaron choques en Villas de Granada, en el Jaboque y Engativá pueblo, dejando algunos de los CAI seriamente afectados.
Durante los primeros quince días de mayo, hubo marchas y concentraciones por los barrios aledaños al Portal 80, (Villas de Granada, Quirigua, Bochica, Bachué, Garcés Navas, Santa Rosita, Cortijo, Quintas de Santa Bárbara, Bolivia y Ciudadela Colsubsidio). El viernes 14 de mayo, la protesta fue en contra de la brutalidad policial, frente al CAI de Quirigua en honor a la memoria de Liliana Salazar.
En general los bloqueos sobre la Calle 80 han sido intermitentes, con el objetivo de recibir el apoyo de la población. A partir de la tercera semana de mayo, se han privilegiado los plantones, las concentraciones, los conciertos, la olla comunitaria , el cine foro y la pedagogía a la calle, la cual se manifiesta como una clase al aire libre donde se discute la situación nacional y los motivos del paro como las reformas tributarias, la situación de la salud, la reforma policial, el desmonte del Esmad, el cese de la violencia oficial, el cese de las violencias de género, la defensa de la estructura ecológica principal de la localidad y de la ciudad, la permanencia y ampliación de bicicarriles, la gratuidad, calidad y factibilidad de la educación superior y el impacto del distrito aeroportuario.
La mayoría de los colectivos que actúan en la localidad, dicen no sentirse representados en el Comité de Paro, aunque atienden a sus convocatorias y dicen compartir su petitorio. Arguyen que quieren innovar las formas de protesta y la construcción de liderazgos, privilegiando lo colectivo y la atención de las demandas locales que abarcan a los jóvenes. Más allá de su identidad como universitarios, buscan crear grupos y parches de artistas, deportistas, ambientalistas, feministas, activistas de derechos humanos etc. donde se vea reflejada una descentralización y permanencia. Algunos otros colectivos, como una parte de la juventud universitaria, sí se sienten representados en el Comité de Paro.
Los colectivos de derechos humanos María Cano, Woman Iguare, el observatorio Klass Zapata de la Uniminuto y el Colectivo Jurídico Popular, denuncian que el domingo 2 de mayo, la policía le disparó a una manifestación a la altura del barrio Santa Rosita. Ese mismo día fue acorralada una manifestación en el parque Villas de Madrigal, donde se presentaron varios jóvenes heridos.
Denuncian el acoso y la persecución por parte de la Policía en los barrios a todo aquel que lleve una bandera de Colombia o “tenga pinta de manifestante”. También denuncian la estigmatización que empiezan a replicar algunos ciudadanos, la aparición de pintas amenazantes de las autodefensas Gaitanistas en los barrios Bochica y Quirigua.
Por otro lado, es de gran importancia hacer visible la aparición de múltiples manifestaciones en contra de la violencia simbólica hacia las mujeres en espacios privados y públicos, incluso en el seno de las protestas y de los manifestantes. En Engativá en general se ha sabido dialogar y lograr acuerdos entre los manifestantes y las autoridades para el tratamiento pacífico y el ejercicio del derecho a la protesta.
¡El paro no para!