100 años de la unión Sindical Obrera, USO
En la conmemoración del primer centenario de la fundación de la Unión Sindical Obrera, uno de los oradores fue Edwin Palma, quien fuera el anterior presidente del poderoso sindicato y hoy se desempeña como viceministro en el ministerio de Trabajo y Seguridad Social. En su intervención resaltó el papel de vanguardia de las luchas obreras de la USO en sus cien años de existencia.
Edwin Palma Egea
Queridos compañeros y compañeras de la Unión Sindical Obrera, amigos de la Junta Directiva de la USO, querido César
Personas que nos acompañan en esta noche memorable, equipo de apoyo que ha hecho posible este evento.
Es bueno volver a mi casa, que es este sindicato, donde he aprendido a militar en unas ideas y unas convicciones políticas, que traspasan nuestras diferencias y marcan de manera indeleble y característica la identidad de todas las personas que somos parte de la USO.
Y nos marca una historia que todos conocemos y hemos vivido por más o menos tiempo, una historia que tendemos a olvidar por los vaivenes de nuestra vida organizativa y política, pero también por el instinto del olvido, de guardar en el fondo del desván, los recuerdos dolorosos, que a pesar de ser tantos, pareciera que en nuestro caso es tan fuerte que aquí estamos 100 años después, activos, movilizados buscando seguir caminando para hacer realidad el país que hemos soñado: justo, democrático, pacífico, igualitario un país de trabajadoras y trabajadores.
No podemos olvidar, ha sido un logro político de la USO el esfuerzo de investigar, escribir y publicar con detalle su historia, íntimamente ligada a la historia de Colombia en el siglo XX, ha cumplido la USO con el deber de no olvidar a sus muchas víctimas reconstruyendo la memoria de la violencia genocida sufrida casi desde el primer día y acompañando a familiares y amigos y llevarla a tribunales de justicia, la JEP, la Comisión de la Verdad o tribunales internacionales y de opinión.
El primer reconocimiento que debo hacer es que en una sociedad donde la violencia contra la izquierda, los sindicatos, los pueblos indígenas y afrocolombianos o los movimientos sociales y el movimiento de derechos humanos ha sido genocida, es casi un milagro o mejor un acto desmesurado de voluntad colectiva que estemos aquí esta noche. Nuestra humanidad nos condena a las limitaciones, los errores y la imperfección, pero no podemos olvidar que esta organización sindical vive y crece y actúa gracias a la fuerza de voluntad de sus miembros y su liderazgo que ha resistido siempre con el viento en contra, siempre con los poderes establecidos en contra, siempre con la violencia tocándonos los talones.
En consecuencia, el segundo reconocimiento que quiero desde el gobierno señalar y exaltar es el del tamaño de los triunfos, logros y metas alcanzadas, que en esta organización son colectivos.
Son triunfos que sin duda han transformado al Estado colombiano, a la industria minera y petrolera o cambiado para mejor la vida de millones de personas, incluso han cambiado la autoestima de los trabajadores y del país al lograr hacer funcionar una empresa petrolera estatal, hoy la más grande del país, con talento local, cuando en 1948 la Troco, el gobierno conservador y los grandes medios o los políticos tradicionales decían que los colombianos no teníamos la capacidad de poner a funcionar lo que después se llamó Ecopetrol.
Pero quiero recordarles que no podemos mirar esos logros y triunfos olvidando el contexto de violencia y persecución que ha sufrido la USO siempre, el esfuerzo que ha tocado hacer, el precio que hubo que pagar, incluso para asuntos que en una sociedad con democracia real o al menos en paz son de lo más normal, aquí causan amenazas, desplazamientos, despidos, hasta muertes, por fundar un sindicato, votar una huelga o afiliar trabajadores y como lo hemos vivido no nos toca imaginarnos las consecuencias cuando hemos parado la producción, apoyado paros cívicos, denunciado corrupciones o ido a la huelga.
Debo reconocer que hasta ahora la USO ha luchado siempre con el Estado en contra o atacándola directamente o a través de violencias ilegales, casi siempre con el Ministerio de Trabajo y la judicatura de espaldas a los trabajadores, por eso debo a nombre de este gobierno reconocer la responsabilidad histórica del Estado colombiano que en el pasado persiguió a la USO, en especial lo hago a nombre del Ministerio de Trabajo que por acción u omisión en muchos momentos no protegió los derechos del sindicato y de los trabajadores.
Nuestra tarea hoy desde el gobierno es poner de verdad el Ministerio de Trabajo al servicio de la protección de los derechos de los trabajadores sindicalizados o no, colectiva o individualmente considerados, con o sin contratos laborales. Por eso el Plan de Desarrollo incluye una reforma y el fortalecimiento de la inspección laboral, por ejemplo.
Por eso estamos terminando la preparación del proyecto de reforma laboral que se presentará al Congreso en marzo y que se debatirá de manera simultánea con el Plan de desarrollo, la reforma pensional y la reforma a la salud.
Las reformas que estamos proponiendo son parte del cambio más profundo que se haya realizado en Colombia desde la Revolución en Marcha y en el caso laboral busca derribar los obstáculos a la sindicalización y proteger con eficacia las libertades sindicales. Con esos instrumentos y con el apoyo del gobierno hasta donde es posible, el sindicalismo debe unirse, moverse, autoreformarse, modernizarse, feminizarse, convertirse en un polo de atracción para tantos millones de personas que trabajan y quieren salir de la pobreza y la exclusión, aprovechar la ventana de oportunidad que se ha abierto desde agosto y debe abrirse más con las reformas.
Pero lograr esas reformas necesita del apoyo popular, el apoyo de las organizaciones sociales, de sindicatos tan importantes como la USO, defender esas reformas nos deben llevar a la calle a conversar, convencer y movilizar a la ciudadanía en su defensa. Con afecto, pero con intensidad les invito a salir a la calle a defender las reformas y alcanzarlas.
Compañeros, compañeras la historia de la USO es la de un pueblo que ha luchado por una nación más digna y libre, soberana. Que orgullo debemos sentir hoy por este centenario lleno de conquistas a pesar de las dificultades enormes que se nos ha puesto.
Que nuestro segundo centenario que comienza el viernes sea el de la paz, el de la transición energética justa, el de la creación de un gran sindicato incluyente de la energía que nos una a tantas organizaciones amigas que esperan de nosotros dar el paso adelante, el bicentenario del crecimiento sindical. Y que, con el apoyo de un gobierno democrático y progresista, en libertad, construyamos la república de los trabajadores y trabajadoras iguales que soñaron nuestros fundadores y tenemos hoy la oportunidad real de alcanzar. Trabajemos juntos para lograrlo.
Viva la Unión Sindical Obrera – Vivan los trabajadores y trabajadoras
Viva nuestro presidente Gustavo Petro, Viva el Gobierno del Cambio
Muchas gracias, compañeros y compañeras