Francia: entre las fracturas políticas y los panoramas confusos…
El artículo de Esteban Morales Estrada explora la compleja situación política en Francia, donde la incertidumbre crece tras el optimismo inicial por la victoria del Nuevo Frente Popular (NFP). A pesar de frenar el avance de la ultraderecha liderada por Le Pen, las dificultades para formar coaliciones y una dirección política clara son evidentes. Macron intenta consolidar un "centro republicano" al aliarse con la izquierda moderada y la derecha tradicional, pero enfrenta resistencia dentro del NFP. La polarización y las divisiones internas en la izquierda y la derecha dificultan un clima político estable, lo que provoca una crisis democrática significativa.
Por Esteban Morales Estrada
Internacionalistas, politólogos, periodistas y analistas de todo tipo permanecen pendientes de la evolución política de Francia. El optimismo por la victoria del Nuevo Frente Popular (NFP) va cediendo y da paso al análisis detallado del avance de la ultraderecha en la política europea en general. La dificultad de crear coaliciones y dar un norte coherente a la Asamblea Nacional se acentúa cada vez más, y pese a lograr frenar a Le Pen y sus amigos, la situación es todo menos fácil de orientar o direccionar hacia una salida simple(1).
Macron ha pretendido en los últimos días romper el NFP, buscando a las agrupaciones de izquierda moderada, invitándolos a formar un “centro republicano” por llamarlo de alguna manera, intentando llevar a la practica la cacareada formula defendida por los corifeos del ambiguo centrismo colombiano de “evitar los extremos y el fanatismo polarizador”. Oliver Faure, secretario del Partido Socialista declaró que no buscan ser los “auxiliares del macronismo”(2), pese a que ese es el objetivo de algunos sectores de dicho partido que pretenden impulsar una unificación o pacto conformado por la izquierda moderada, el centro y la derecha tradicional, fracturando el NFP. Macron se ha negado a nombrar a Lucie Castets, candidata del NFP como Primera Ministra, lo que ha desatado una gran polémica en torno a las posibilidades políticas del frente de izquierdas, en medio de un ambiente de aversión hacia todo lo que provenga de dicho espectro por parte del presidente, o en palabras de Julian-Nicolas Calfuquir, un directo interés por buscar “detener cualquier perspectiva de un gobierno de izquierdas comprometido con la ruptura con el neoliberalismo”(3).
Dicha reflexión es fundamental, debido a que es precisamente la “transformación neoliberal” una de las banderas del gobierno de Macron, razón por la cual es difícil pensar en un escenario o ambiente de flexibilización en torno a esta clase de políticas. Según Bruno Amable(4), esto explica que las tendencias conservadoras y de derecha sean las aliadas naturales de este proyecto político, sin embargo, dicho bloque ha presentado fracturas y divisiones en torno a un ala de extrema derecha (que ha venido ganando espacio) y otra neoliberal.
Dicho crecimiento de la agrupación liderada por Le Pen, puede explicarse según Amable por que las clases populares “parecen haber puesto la cuestión de la inmigración y de la inseguridad a la cabeza de sus demandas, al menos a juzgar por el apoyo constante que le dan a la derecha dura o a la extrema derecha”.
Pero los problemas en la izquierda también son profundos debido a la existencia, según Amable, de una clara división entre una tendencia de ruptura y otra moderada en torno a los temas más candentes como el neoliberalismo. Esta disyuntiva configura una disputa entre la Francia Insumisa, por un lado; y el Partido Socialista, el comunista y los ecologistas por el otro. Lo que ha hecho el NFP, es disimular por un tiempo este tipo de confrontaciones, o en palabras de Calfuquir, dicho frente “fue más un dique contra el partido de Le Pen que una verdadera muestra de apoyo masivo a la izquierda”.
La situación se torna aún más paradójica, volviendo a las interesantes reflexiones de Amable, que considera que la derecha más radical ha ido ganando un espacio en ese espectro político, marcando diferencias con la tradicional y con una clara perspectiva de crecimiento, debido a la progresiva normalización de su discurso; mientras que la izquierda más dura, no es la dominante en el bando contrario, y parece estar en un papel complejo en donde es vista como “extremista”, “intransigente” o “radical”, tanto desde adentro, como desde la otra orilla. Por otro lado, más allá de los pronunciamientos de Faure al principio de este escrito, la izquierda de ruptura (Francia Insumisa) ve con recelo a algunos sectores de izquierda más moderada, que podrían caer en la lógica de aliarse con la centro-derecha, perspectiva que para Calfuquir sería un craso error, debido a que lo conveniente en este caso es fortalecer un “discurso radical para ganarse a los actuales abstencionistas, el llamado cuarto bloque aparte de la izquierda, los macronistas y la base de Le Pen”.
Desde la perspectiva de Macron y otros líderes políticos la apuesta parece ser la de debilitar la influencia de la Francia Insumisa, y buscar acercamientos a los sectores de izquierda moderada, fortaleciendo una opción de centro-derecha, que también podría incluir parte de los Republicanos, dejando afuera a la extrema derecha. En síntesis, parece ser una opción clara para el presidente francés la idea de ampliar el “centro”, tragarse algunos aliados “incomodos”, y aislar a ambos extremos (Francia Insumisa y Agrupación Nacional). Sin embargo, la estrategia de esta “coalición” tampoco tiene el camino plano y sin resaltos, debido a la dificultad de dar coherencia política y una línea de acción despejada.
Para Benoit Breville, es casi imposible un clima de tranquilidad en medio de la alta polarización imperante en Francia, que está viviendo una crisis política compleja y de proporciones relevantes. Para Breville, las “tensiones y las divisiones que atraviesan al país salpican la vida democrática y no al revés, y el apaciguamiento no es un punto de partida, sino el resultado potencial de políticas que deberían ocuparse de dichas fracturas”(5).
[1] Como lo habíamos expresado antes: “el tablero político francés es complejo, debido a las relaciones de poder entre una izquierda que se siente poderosa y optimista, pero cuya unidad siempre es complicada; una centro-derecha que debe buscar alianzas, pero teme a los “extremos”; y la extrema derecha que tratará de unirse a sectores proclives a compartir sus objetivos y planes dentro de la Asamblea Nacional.” Ver: Esteban Morales Estrada, “Algunos comentarios sobre las últimas elecciones en Francia”, La Bagatela, 30 de julio de 2024. Disponible en: https://www.labagatela.org/algunos-comentarios-sobre-las-ultimas-elecciones-en-francia
[2] “Líder socialista francés descarta negociar solo con Macron”, DW, 29 de agosto de 2024. Disponible en: https://www.dw.com/es/francia-busca-primer-ministro-l%C3%ADder-socialista-descarta-negociar-en-solitario-con-macron-y-romper-el-nfp/a-70077109
[3] Julian-Nicolas Calfuquir, “La izquierda de Francia todavía necesita ampliar su base”, Jacobin, 27 de agosto de 2024. Disponible en: https://jacobinlat.com/2024/08/la-izquierda-de-francia-todavia-necesita-ampliar-su-base2/
[4] Bruno Amable, “La Francia indecisa”, Le Monde Diplomatique n° 246, agosto de 2024. Pág. 20-21.
[5] Benoit Breville, “Apaciguar”, Le Monde Diplomatique n° 246, agosto de 2024. Pág. 3.