Actualidad del cine en Colombia: A propósito de un conversatorio con los directores Felipe Aljure y Lisandro Duque

Edición #77
22 de mayo de 2021

Dentro de los patrones con que se ha venido viendo el cine colombiano, necesita involucrarse en una fase de interacción con otras plataformas digitales y audiovisuales. Lo anterior requiere robustecer su capacidad financiera a través de un cobro de impuestos, a las plataformas que están funcionando en Colombia en la actualidad (Neftlix, Amazon, Disney, HBO…). Todas las plataformas que obtienen un beneficio por irradiar su espectro en nuestro territorio tienen que retribuir haciendo aportes a la cinematografía nacional y a la actividad audiovisual.

Por: Luis Guillermo Cardona

Crítico de Cine

¿Por qué es indispensable el cine?

Al escuchar que, con la improcedente y sesgada Reforma Tributaria que proponía el gobierno Duque, se pretendía afectar, o quizás derogar, las leyes que han permitido el fomento del cine colombiano, se me vino a la mente una necesaria pregunta: ¿por qué es indispensable el cine?

Si las bellas artes (Pintura, Literatura, Música, Arquitectura Escultura, Danza, Teatro, Circo y Culinaria) tardaron siglos en alcanzar un alto desarrollo, ¿qué ocurrió para que la Cinematografía alcanzara la cumbre en apenas medio siglo?

Lo primero, es que el cine se convirtió en una suerte de compendio de todas aquellas artes, y en cualquier película es posible encontrar muestras de algunas o incluso de todas las artes juntas, lo que de hecho lo convierte en un arte privilegiado.

Hacía falta tan solo crear un lenguaje propio que lo hiciera distinguible de todo lo demás… y cuando el cine impuso los planos, las elipsis, el manejo del espacio-tiempo, los efectos especiales y visuales, la edición y todo aquello que le permite tener significados únicos y de gran altura, su magnetismo conquistó pronto a la gente de todos los niveles económicos e intelectuales, y se convirtió en el arte por excelencia.

Ahora, el cine se disfruta desde variados niveles:

El primer nivel lleva a que el cine interese a la gente por las mismas razones por las que tanto atrae la literatura: ¡Porque encuentran de todo! Hay películas de terror y sexo, aventuras y romance, drama y comedia, westerns, ciencia-ficción, animación, documentales… y como en los libros, también puedes encontrar significativas reflexiones y un gran entretenimiento.

En el segundo nivel, el cine interesa a un sinnúmero de personas con profesiones que tienen un lugar en el séptimo arte: productores, directores, actores, compositores, cinematografistas, diseñadores de vestuario y de espacios interiores, acróbatas, iluminadores, compositores, editores… hasta conductores de vehículos y vigilantes.

Y en el tercer nivel, el cine nos ofrece una aproximación a grandes historias (reales o ficticias) capaces de despertar en nosotros fuertes emociones y de sensibilizarnos al más alto nivel.

El cine adapta las mejores novelas de los grandes escritores y las mejores obras de los más connotados dramaturgos, y en forma parcial, pero a veces muy efectiva, consigue comunicarnos la esencia de aquellas obras que, en muchos casos, no hemos leído.

El cine asume una posición crítica frente a la realidad que padecemos y propone una forma efectiva para tramitarla.

Una buena comedia puede ofrecemos hora y media de cine relajante y curativo, ya que como se ha demostrado ampliamente, la risa es un remedio para muchísimos males.

Una película de sólido argumento y bien estructurada puede llegar a cambiar nuestra vida para siempre al encontrar a un personaje, un mensaje o un hecho significativo que trae luz a nuestra vida.

Muchas otras cosas podrían citarse acerca de los efectos positivos de la cinematografía y es por todo esto que, el 7° arte es absolutamente imprescindible.

Para hablar de esto, decidimos dialogar con el director, guionista, cinematografista y también director artístico del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci), Felipe Aljure; y también con el director, editor y guionista, Lisandro Duque. La amplia experiencia, la gran cultura y la conexión que tienen ellos con la realidad de nuestro país, los convierte sin duda alguna, en autoridades sobre este tema.

Felipe Aljure, director de la película “La Gente de la Universal”, y director artístico del Ficci

L.G: ¿Qué ha significado para Felipe Aljure y para Lisandro Duque hacer cine y hacer parte del gremio de cineastas de Colombia?

Hacer cine -dice, Felipe- significa participar del aparato de representación de esta generación. Desde los petroglifos, el arte rupestre de la Cuevas de Altamira… siempre vemos una generación recreando el mundo y registrándolo en algún soporte socializable. Nuestra caverna es la sala de cine y nuestra tinta es la luz del proyector que “pinta” las imágenes, pero todos en cada generación, compartimos las mismas preguntas.

Si una sociedad -añade, Lisandro- careciera del lenguaje cinematográfico, estaría mutilada en su visualidad y en su sensibilidad.

L.G: ¿Por qué es importante el cine colombiano? ¿A quién beneficia? y ¿Por qué es fundamental que en Colombia se siga haciendo cine con las leyes que se ha venido haciendo hasta ahora?

Después de 126 años -sostiene Lisandro- de haber sido inventado el cine por parte de Thomas A. Edison y los Hermanos Lumiére, sería inexcusable que el relato audiovisual se le amputara a cualquier territorio, mucho más, cuando hace apenas 18 años (desde el 2003), que por fin se logró consolidar en Colombia una ley (la 814) que despejó tantas incertidumbres de quienes queríamos hacer cine. Por fin fue posible hacer películas con recursos honorables, así que, volver a las andadas de echar por tierra lo alcanzado es, indudablemente, una calamidad propiciada por gente de un gobierno que no tiene esos interrogantes de nuestros antepasados. Los políticos miran a las estrellas y no tienen ningún interrogante que plantearse… me recuerdan la frase de Oscar Wilde: “Allí donde un poeta pesca un paisaje, una persona mediocre pesca un resfriado”. No hay sintonía con la sensibilidad contemporánea, se le está cortando el acceso a las nuevas generaciones que ya están en ese camino. Es insólito que se esté pensando en suprimir los recursos del Fondo de Desarrollo Cinematográfico.

¡En Colombia, y en el mundo, el cine es fundamental! -exclama Felipe Aljure- Hay una especie de autoritarismo ideológico que dibuja a la democracia como un mecanismo en crisis. Toda acción que contribuya para mejorar al individuo es esencial, el cine se hace para eso. Esos mejores individuos se incorporan a los grupos que hacen democracia. Los festivales de cine son como los jardines de la cinematografía. Ahora tenemos 52 festivales unidos en la Asociación Nacional de Festivales, Muestras y Eventos Cinematográficos y Audiovisuales de Colombia (ANAFE), eso hace que las democracias se modifiquen y mejoren.

Lisandro Duque, director de “El Escarabajo”, “El soborno del cielo” y otras películas. También es columnista del Espectador.

L.G: Un país que invierta en cultura, en educación y en arte, es un país que tiene individuos más avanzados, más desarrollados; individuos que contribuyen no solo a la producción sino a una vida en paz, en armonía… y también contribuyen a una sociedad más equitativa. A los gobiernos ni siquiera debería ocurrírseles cuestionar el valor que tiene la cultura en la formación de los individuos o en la mejora de la calidad de un país o una sociedad... pero ¿qué razón, malintencionada, puede existir para que un gobierno insista en mantener adormecida la cultura, en promoverla a cuenta-gotas, y en preservar a un pueblo con escasa capacidad de pensamiento?

Lisandro Duque, toma la palabra: Pongo como ejemplo a Adolf Eichmann, carnicero de los nazis. Decía la filósofa Hannah Arendt: El problema de Eichmann es que no es ni siquiera un hombre malo, no es la perversidad lo que conduce sus actos, su problema es que es un hombre mediocre, un burócrata, un simplón. A la pregunta que le hicieran durante su juicio sobre las 800 mil muertes que le atribuían, dijo: Yo no los maté, no participé en ninguno de esos crímenes, lo único que hice fue montar a todos esos judíos en un tren para que los llevaran a Auschwitz.

Es una mediocridad -prosigue Lisandro-, una falta de sensibilidad que al gobierno actual le parezca inocuo acabar con los recursos financieros con los que se ha sostenido el cine colombiano en los últimos 18 años, mediante una Reforma Tributaria. El presidente Duque, el ministro de hacienda Carrasquilla y el ministro de cultura que son los coautores de ese adefesio de reforma ni siquiera ven que, ese oficio, es una disciplina de la que derivan su sustento centenares de trabajadores.

El cine y las artes -complementa Felipe- en esta pandemia demostraron ampliamente que son la compañía espiritual del ser humano. Vemos películas en el televisor, el computador, el celular… hacemos tours por los festivales de cine, pero tristemente, esa importancia no genera amplitud de lente entre las prioridades del gobierno. Si llegara a pasar la modificación a la ley 814, sería un retroceso que nos dejaría como antes de que el Ministerio de Cultura creara el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico que, con los porcentajes para distribuidores, exhibidores y la venta de boletas, inyecta recursos a la producción y a la difusión de nuevas películas; se estimula la escritura de guiones y la formación de gente de cine… y para que los filmes circulen nacional e internacionalmente. Esto vuelve a generar ingresos y el sistema, así, se vuelve autosostenible.

L.G: Respóndanme esta pregunta con la objetividad que han vendido haciéndolo: ¿Existe alguna razón válida para que el gobierno colombiano pueda justificar esos pretendidos cambios?

Intentar apropiarse de los recursos del FDC, es subirse a un peladero -asegura Lisandro Duque-, porque a raíz del ausentismo forzoso al que obligó la pandemia del Covid-19 cerrando las salas de cine, no hay plata de la sostenibilidad que los espectadores proveen al cine colombiano. Además, no son los recursos del Estado, es un recurso parafiscal que lo pagan los espectadores toda vez que adquieren un boleto para entrar al cine.

L.G: ¿Cuántas personas se verían afectadas en Colombia si cesan los estímulos para el cine?

¿Cuánta gente se vería afectada? ¡48 millones de personas se verían afectadas porque el cine es un patrimonio cultural que todos vemos de una u otra manera! -asevera Felipe Aljure- Si eso lo decantamos a nivel de empleo, afectaría a cientos de miles de personas. Ahora estamos haciendo 40-45 películas por año, en las cuales se ocupan no menos de 100 personas por cada película, con esto ya estamos en casi 5 mil personas… y a esto sume los periféricos: hoteles, restaurantes, transportes, salas de edición, laboratorios, publicidad… y en esa base ya tiene cerca de 50 mil personas. El cine no es solo un negocio, es un reclamo del pensamiento porque también hay que darle de comer al alma. El cine es un valor cultural que fortalece la democracia.

L.G: Con las leyes actuales ¿tiene la ley de cine vigente en la actualidad falencias para corregir?

¡Por supuesto! -sostiene Lisandro Duque- no es un mecanismo completo. Ninguna actividad u organización se debe considerar completa. Dentro de los patrones con que se ha venido viendo el cine colombiano, necesita involucrarse en una fase de interacción con otras plataformas digitales y audiovisuales. Lo anterior requiere robustecer su capacidad financiera a través de un cobro de impuestos, a las plataformas que están funcionando en Colombia en la actualidad (Neftlix, Amazon, Disney, HBO…). Todas las plataformas que obtienen un beneficio por irradiar su espectro en nuestro territorio tienen que retribuir haciendo aportes a la cinematografía nacional y a la actividad audiovisual.[1]

Notas

[1] Ésta es una transcripción resumida de un conversatorio sostenido el viernes 23 de abril de 2021 en el espacio Charlas en Cuarentena del PTC (Partido del Trabajo de Colombia), el cual puede verse completo en el siguiente link:  https://www.facebook.com/PartidodelTrabajodeColombia/videos/vb.97010286….

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